Títulos raros y no demasiado “rebuscados” XI

Sé lo que estáis pensando. ¿Todavía hay mas joyitas raras por el mundo? ¡Pues sí! Y tengo para rato y hasta para marcarme, así como quien no quiere la cosa, una entrega sobre un nuevo soltero que podría haberse evitado muchos problemas.

Sí, cariño, ahora voy… Guía de bolsillo para entender a los hombres

Que si ellos de Marte, que si nosotras de Venus, que si no hay quien nos entienda, que quien nos comprenda nos compre, que tal y que cual… pero a la hora de la verdad, a los que no hay por donde cogerlos es a ellos. He aquí el fin de nuestros quebraderos de cabeza.

Y que si este libro no te sirve, le regalas el siguiente libro, como quien no quiere la cosa… y voilá, adiós problema.

Como tener la casa como un cerdo: guía domestica del perfecto soltero.

Vale, estás solo en el mundo. No es nada personal. Entiéndeme. Esto es así. Cuando viste a tu perro coger una escoba y ponerse a limpiar, debiste empezar a sospechar. Cuando se creó vida en el fregadero de la cocina, deberías haberte empezado a alamar. Pero cuando viste que el libro venía solo caminando hacia ti, decidido, y se abría ante tus narices… deberías habértelo leído. Que sí, que no entendiste nada. Los dibujos, en ocasiones, son complicados. Así que tomaste la decisión más plausible: mudarte.

Y una vez trasladado a un lugar limpio, empezaste a centrarte en tu perro y él, pobre e indefenso, se compró el siguiente libro:

Los animales domésticos que quieren quitarse la vida

Estaréis pensando: “pero si los perros viven como nadie”. Si, claro. Ponte tu a cuatro patas y soporta que te vistan con vestiditos ridículos, te hablen con diminutivos como si te faltara un hervor, decidan por ti cuando puedes o no hacer tus necesidades y te hagan fotos peor vestido que queseyó… y ya para colmo, que te lleven en brazos a todos lados, como si no supieras andar. ¿No querrías acabar con todo? Pues eso es lo que le pasa a estos pobres animales.

Al final Ambrosio (sí, se llamaba así… ¿ahora lo entendéis, no?) abandonó a su dueño, porque la casa nueva volvió a quedar irreconocible y como además a un amigo suyo le tocó la lotería y hasta salió en un anuncio, pues decidió cambiar de vida. Y así es como nuestro soltero conoció su nueva pasión…

Los culturistas en Tutús

Que los tutús molan, quedan bien. Ves a una niña enfundada en uno rosa y no puedes reprimir una sonrisa dulzona. Que los culturistas también están bien. Pero eso no quiere decir que las dos cosas juntas molen. La mayonesa mola, y el chocolate también… pero claro, no te pongas a comer mayonesa con chocolate. Esto mismo debería habérselo explicado alguien al autor de este libro. ¿De que irá? No tengo ni la más remota idea. Pero me da hasta miedo descubrirlo.

Todos estos libros podrían haberse evitado, si a nuestro reciente soltero le hubieran dado este libro como regalo de boda…

Cómo ser feliz aunque estés casado

Fueron felices y comieron perdices. Pero es que en la vida real las perdices provocan dolor de estómago, que es que ¿quién come perdiz? “Mama, hoy para comer quiero perdices”. No, las perdices no gustan. Miras a tu amado y piensas que es el amor, que son las mariposas revoloteando, pero no, son las perdices que te han sentado mal. Entonces te casas, y te arrepientes segundos después de haberlo hecho. Y si no quieres acabar como el soltero de nuestra entrega de hoy, te lees el libro y voilá.

Y poniéndole fin a esta entrega, os diré que…

Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer.

Jugar al tenis. Hablar de solteros. Y de perros. Y de matrimonios. Y de perdices.

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Maisha