Este emblemático postre español con varios siglos de vida, tiene su origen en un convento (de ahí el nombre) para aprovechar las yemas sobrantes. Hoy dìa sigue siendo uno de los dulces por excelencia en nuestra gastronomía.
Ingredientes: 6 yemas, 1 huevo entero, 250grs azúcar, 200grs agua, caramelo para el molde.
Prepararlo es sencillísimo. Pon al fuego el azúcar y el agua y deja que hierva hasta que el almíbar quede transparente (al principio verás que tiene un color blanquecino). Aparta del fuego y deja enfriar.
Bate las yemas con el huevo y ve añadiendo el almíbar frío hasta que esté la mezcla uniforme. Si quedan grumos, se cuela y listo.
Reparte esta crema en los moldes ligeramente caramelizados y llévalos al horno al baño maría, unos 30 minutos a 130°C (según el tamaño del molde).
Déjalos que enfríen bien en la nevera y desmolda con cuidado... Un auténtico manjar. Sé que decorar con nata montada queda algo hortera, pero estos tocinillos combinados con un lácteo tienen ya otra dimensión...