Por Santiago Ludueña
(o bien, “El final del camino” -en referencia a un post viejo llamado "El camino de San Diego")
Después del mundial que nos dejó a (sin repetir y sin soplar): Sara Carbonero, LTA, Larissa Riquelme, las promesas fallidas del desnudo de Maradona y Luli Salazar, la entrega de cola de Bilardo y el pete de una pornostar holandesa, la Jabulani, el Pulpo Paul, el paupérrimo nivel de los arbitrajes (tantos nos quejamos de los nuestros, pero en el país de los ciegos…), el 4-2-3-1, el Tiki Tiki español, las tentativas de bobazo de Bielsa, el muy buen mundial de los sudamericanos (a pesar de que casi todos nos quedamos en cuartos –Uruguay salió 4º, y Chile se fue en octavos-), la épica de los charrúas (nadie puede negar que los partidos uruguayos en la fase final fueron emotivos), las decepciones de Italia, Francia, Inglaterra, Brasil, y, en menor medida, Argentina, la frescura de los alemanes, entre otras cosas; Diego Maradona no es más el director técnico de la selección nacional.
Después de ser optimista (cosa que se reflejó en varios posts de TM, incluyendo un agravio a Riquelme –post que, aclaro, hice en caliente. Tengo 18 años, y desde que tengo uso de memoria nunca ví a la Argentina campeona de algo, ni siquiera de la de la lora, Griguol dixit. Pero quería que esté. Ahora, si me lee, le pido disculpas, y suerte en Boca, mi club-), pasé a un pesimismo, que rozó a una postura tan radical como cuando la tomé cuando estaba Basile (nota a Rubén: en http://ovaladasyredondas.blogspot.com hay varios posts criticando al Coco -fijate que en el archivo de enero de 2008 está el post "Por qué no me gusta Basile"-), luego volví a apoyar desde los últimos partidos, porque no me quedaba otra, y porque quería a toda costa salir campeón de algo. Después de la derrota, me dio indiferencia, con una leve inclinación a que llegue otro para hacer un nuevo proceso.
Ya lo dije en Facebook hace días: los técnicos que quiero que dirija son Sabella, Pekerman, Martino y Borghi. Pero creo que el que tiene más chances es “Pachorra”.
La Selección fue como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Tuvo excelentes momentos. Y otros que no lo fueron tanto. Por eso quiero preguntarles: ¿Fue un buen proceso? ¿Uno malo? ¿O fue como la película “Melinda & Melinda”, de Woody Allen, una historia tragicómica? Yo creo que fue la última.
Esférico Balón: "Maradona, Bilardo, Grondona y el cabaret de la selección"