Últimamente, qué os voy a contar, el tiempo se me escurre entre las manos. Hay pocas cosas que me gusten más que sentarme delante del ordenador y hablar de discos y canciones con vosotros, pero mi trabajo y otros azares de la vida me impiden dar a este blog la constancia que merece por el gran cariño que le guardo. Han pasado casi dos meses desde que dejé de escribir con frecuencia, y en este aparentemente corto espacio de tiempo han sucedido muchas cosas que, por supuesto, os iré contando poco a poco. Estos primeros meses del año están resultando de lo más intenso en el ámbito musical, y es que últimamente se han publicado algunos discos de obligada escucha y han echado a volar algunas canciones que formarán parte de mi universo musical hasta el fin de los siglos. Una de ellas es la que hoy traigo bajo el brazo; Todas las Aves del Sur, de Fabián -de quién si no-. El leonés, que a principios de año publicó La Brisa Leve (La Luz Distinta), ha firmado el que probablemente sea el mejor trabajo de su ya dilatada carrera, y en él ha incluido algunas canciones que, tiempo al tiempo, lo acabarán elevando al Olimpo de los dioses musicales, y esta es una de ellas, vaya si lo es. Si a su capacidad para retorcer versos y a la extrema sensibilidad de su característica voz le sumamos la colaboración del señor Quique González, el resultado no podía ser otro que una de las canciones del año. Podría pasarme todo el día hablando de estos cuatro minutos y veinticinco segundos de belleza, magia y delicadeza, pero no hay mejor manera de entender y de sentir esta canción que darle al Play, cerrar los ojos y dejarse llevar por el amable vuelo de estas aves del sur y el eterno batir de sus alas.