La stagione dell'amore viene e va,
i desideri non invecchiano quasi mai con l'età.
Se penso a come ho speso male il mio tempo
che non tornerà, non ritornerà più.
La estación de los amores, viene y va
y los deseos no envejecen, a pesar de la edad.
Si pienso en como he malgastado yo mi tiempo,
que no volverá, no regreserá, más.
La stagione Dell'amore (La estación de los amores), de Franco Battiato.
Como en aquella canción de Nacho Vegas, Ramiro Lastra (Oriol Vila) converge sus pasos hacia un punto inexistente, embiste crujidos en el calendario que se desgasta día tras día, intentando olvidar el planeta habitable de la felicidad que suponía para él Andrea (tremenda Bárbara Lennie). Entre su trabajo con su tío Luismi (Ramón Fontserré) en una recóndita librería a la cual no afecta la crisis -porque ya andaba en crisis antes de la susodicha crisis económica, por el mero hecho de ser un amasijo de libros olvidados- y reuniones con sus amigos Lucas (Bruno Bergonzini) y Nico (Eloy Azorín), Ramiro emprende a desnudar sus cajas del pasado, enciende la habitación empolvada de su reciente juventud. Casi forzado por su errático andar, el protagonista descubre en los objetos (canciones, cartas, fotos, poemas) un mundo perdido al cual se aferra por no saber qué verso escribir en su vida tras la ruptura con su novia. Como un vagabundo comienza a reencontrarse con el pasado que se escribe en presente, se reúne con expatriados amigos y viejos amores clausurados; propone salidas nocturnas sin intemperies estrelladas con el propósito de borrar a Andrea que le acosa en sus recuerdos. Y así, Ramiro despierta otra vez con aquella estrofa:
Reconociéndose en el espejo del tiempo.
Día uno en pie, ¿qué puedo hacer
para encontrar restos de fe?
El tiempo pasa doloroso y lento
y luego en un momento lo vuelvo a joder.
Y entonces vuelta a empezar...
La ópera prima del joven director Jonás Trueba (hijo del genial David Trueba, que también aparece en esta obra), trata sobre estas rupturas dolorosas y sentimentales que todo latido de esta ciudad ha tenido que padecer. Aunque aparente ser un tema tópico y la obra del joven Trueba padezca de cierta sobrecarga musical, lo cierto es que engancha al espectador por la naturalidad en la cual representa esta historia de estos jóvenes que son de nuestra generación (los nacidos en los ochenta). Con poesía visual y escrita, bandas sonoras de sus vidas, citas literarias, diálogos que se te adhieren en la frente como almidón, gestos y silencios que te convierten en estatuas de cal, Jonás Trueba nos relata este periplo que ha emprendido Ramiro. ¿Hallará un reencuentro consigo mismo?¿Que traerá del pasado que siempre se le cruza entre su portal y el Parque del Moro? El caso es que sea probable que piense como nosotros: todas las canciones hablan de mí; porque todas las canciones habla de tí.
Título: Todas las canciones hablan de mí
Año: 2010
País: España
Dirección: Jonás Trueba
Guión: Jonás Trueba, Daniel Gascón
Música: Varios.
Fotografía: Santiago Racaj
Reparto: Ramiro Lastra (Oriol Vila), Andrea (Bárbara Lennie), Lucas (Bruno Bergonzini), Silvia (Valeria Alonso), tío Luismi (Ramón Fontserré), Raquel (Miriam Giovanelli), Irene (Ángela Cremonte), Nico (Eloy Azorín), Concejal (David Trueba). Producción: Castafiore Films / Tornasol Films