Revista Deportes
Nueva cuadra de caballos, con los nuevos petos contemporáneos, fundada por el taurinismo oficial. Justo debajo, un negro zahíno de Algarra.
Todo al revés. Toreros sin torería, oficio, ni dignidad. Por no ser, hoy no han sido ni mediáticos, que es el valor que se les atribuye. Ni a los caballitos del domingo pasado ni a la fantochada de los famosos ha ido la gente, menos aún el aficionado. Que me perdone Leandro, buen torero que no está para despilfarrar contratos ni oportunidades y que tiene que soportar el quebranto y la vergüenza de verse anunciado con algunos lilas. Con algo más de suerte y destreza a la hora de matar pronto dejará las malas compañías.
Los toros de Algarra cumplieron de largo con las expectativas, no defraudaron. Se cayeron varios, feos, regordíos, ``este es de Sevilla´´ - decía Chenel -, todos recibieron su monodosis de puya, para la que según en la retransmisión del Pús han traído una cuadra con caballos más livianos, mejor domados y con petos más ligeros. ¿Y para qué? -pregunto yo- si el tercio de varas está proscristo y desterrado, si la tauromaquia actual, en todas sus dimensiones está confeccionada y encauzada para que el estilismo, el entretenimiento y la estética sean sus ejes en detrimento de la esencia, la emoción y la ética. Puestos a mejorar este triste espectáculo por el que han apostado definitivamente los taurinos, podrían hablar con Agatha Ruiz de la Prada o mejor aún, con Giorgio Armani, gran taurino desde que Cayetano le habla de toros entre las bambalinas en Milán o en la Cibeles, y diseñar unos petos confeccionados con piel de llama andina bañados con cristales de Swarovski y terminaciones en color rosa salmón. Así les quedaría mejor esa Fiesta que ellos buscan.
Otros sabrosos detalles de la tarde han sido ver como el público asistente, de gran sensibilidad, se alza en pie a aplaudir a El Cordobés cuando brinda su primer toro al presidente. Cómo pasan de pedir las orejas a no sacar al matador ni a saludar o hacen conato de aplaudir la muerte de un toro inválido. Sería por la pena que daba. También vimos volar un pitón hasta el callejón de la plaza al derrotar un algarra en el burladero. Éso ha sido lo más cerca que han tenido algunos los pitones en toda la tarde.