Todo esfuerzo contra la dictadura me parece conveniente e ineludible. Creo fervorosamente que entre todos está el empuje del muro de la dictadura; pero ahí no radica la realidad actual, a estas alturas del campeonato no podemos creer en cantos de sirenas. Particularmente creo en todos los opositores, en las Damas de Blanco, en Rosa María Paya, la cual respeto y admiro, en Antonio Rodiles, en Fariña, UMPACU, Antúnez y todos los demás, por solo citar los que vienen a la memoria ahora. En el que sí no creo es en el régimen, en que algún opositor cuente con que los Castro y sus secuaces vayan a transigir y aceptar cualquier exigencia donde ellos no formarán parte.
Simplemente se trata de estar de acuerdo o no, con tal o mas cual proyecto. Creo que es innecesario que pasen cinco años para decirnos, este no es el camino, mejor rectificamos. Desde ahora, y lo vemos con el ejemplo de Venezuela donde Cuba es el ideólogo, no van a permitir nada. La exigencia me parece a mí, debe ser directa: que el régimen abandone el poder y permita el camino a una democracia donde el pueblo sea quien gobierne. Que ellos no sean actores en esa transición, y solo se podrá lograr, por supuesto, con la presión del concierto de naciones. Para ese entonces nos vamos a ahorrar varios años, que ya le va haciendo falta a nuestra generación, a ver si podemos tener la experiencia de libertad en nuestras amadas islas que conforman el archipiélago cubano.
Ojalá los opositores que lideran proyectos se sienten a conversar y encuentren una hoja de ruta, entre todos, el mejor camino, el más apegado, en tiempo y forma, a lo que necesita la dictadura para que se largue del poder. Esto es como en la religión, todas tienen un poquito de verdad, de razones y necesidades, ninguna en sí sola guarda todas las exactitudes y sabidurías.
Y para eso creo que los artistas e intelectuales debemos tener un papel activo. Como bien saben, ningún movimiento político se ha logrado si antes no se tiene un movimiento cultural de arte y pensamiento desarrollado. Aquí va mi voz para que se logre.
ACERCA DEL AUTOR
Ángel Santiesteban
(La Habana, 1966). Graduado de Dirección de Cine, reside en La Habana, Cuba. Mención en el concurso Juan Rulfo (1989), Premio nacional del gremio de escritores UNEAC (1995). El libro: Sueño de un día de verano, fue publicado en 1998. En 1999 ganó el premio César Galeano. Y en el 2001, el Premio Alejo Carpentier que organiza el Instituto Cubano del Libro con el conjunto de relatos: Los hijos que nadie quiso. En el 2006, gana el premio Casa de las Américas en el género de cuento con el libro: Dichosos los que lloran. En 2013 ganó el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta, convocado en la República Checa con la novela El verano en que Dios dormía. Ha publicado en México, España, Puerto Rico, Suiza, China, Inglaterra, República Dominicana, Francia, EE UU, Colombia, Portugal, Martinica, Italia, Canadá, entre otros países.
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