Revista Cine
La vida es como todo lo demás, le contesta el taxista al protagonista de esta película, Jerry.
En Todo lo demás es Christina Ricci la chica Allen, Amanda. Y lo hace bien, su personaje inmaduro con un acentuado ardor sexual se te queda en la retina.
También el de Jerry, ese chico que piensa demasiado en quedar bien con todo el mundo, ya sea con Dobel, ese maestro que conoce y que le da consejos en su vida, algunos como el de comprarse varias armas para defender su casa, ya sea con su representante, Danny de Vito, y sobre todo, con su novia, Amanda, que le engaña con la excusa de que necesita saber si se ha vuelto frígida.
Todo lo demás es una recomendable cinta de Allen. Nos mete de nuevo el creador judío en su mundo, tan variado, pero a la vez asentándose siempre sobre unos mismos esquemas. Variado en cuanto a los personajes, siempre repletos de vidas interiores muy ricas. Pero inmovilista en cuanto a los temas que le preocupan, lo cual es lógico porque los temas que le preocupan a Woody son más que trascendentes, el sexo, la muerte, en definitiva, la vida.
Buena nota le doy yo a Anything else. En el 2003 la Nueva York de Allen sigue pareciéndome interesante, creativa y apasionada, y se nos muestra un mundo moderno en el que el amor a primera vista no funciona siempre, o no dura demasiado.
Porque Jerry se chifla por Amanda desde que la ve, les interesan las mismas cosas, y dejan sus relaciones para estar juntos y hacer el amor en hoteles, ya que según Amanda resulta más ilegal. Con el paso del tiempo, Amanda ya no quiere hacer el amor con Jerry y éste se lo dice a Dobel (Allen) que le consuela con la siguiente frase: “Hay miles de chicas que querrían acostarse contigo, o, al menos, una, emborrachándola bien.”
No hay pocas de éstas frases en la película. El guión me parece de notable.
Y todo termina como yo quería. Jerry se va de esa Nueva York que le está impidiendo crear como él puede y que le está atando por todos lados. Dobel le da la llave para salir de ahí y seguir creciendo en su vida. Sólo que él no le acompaña, porque ha matado a un policía que se le ha puesto chulo. No podía ser menos.