La resurreción de Kim Ki-duk y el extremismo religioso, reyes de la Mostra
Un año más, la cita cinematográfica de La Biennale
se despidió el sábado tras una 69 edición marcada por las sorpresas de los
realizadores más discretitos y la decepción que han supuesto algunos de
los directores más afamados. Mucho cine de autor y una temática imperante,
la religión, sobre todo en su forma más radical y como diana, en
muchos casos, de la crítica social. No es la particularidad al menos de
la vencedora, Piedad, del director surcoreano Kim-Ki-duk,
que con esta obra regresa a la vida tras haber vagado tiempo por
otros lares de menor calidad a lo que acostumbra. El favorito Paul Thomas Anderson tampoco se quedó sin un trozo de la tarta, llevándose el León de Plata por The Master.
Conoce el resto de los detalles de la Mostra, tras el salto.
Como decíamos, contra todo pronóstico, la que se llevó el gran premio en la 69 edición del Festival de Venecia fue la película Piedad, del surcoreano Kim Ki-duk,
sobre un cobrador que presiona a los deudores por medio de una brutal
violencia, hasta que conoce a la que asegura ser su madre. Un relato,
según dicen, que mezcla de una manera brillante la venganza y la
compasión. El propio cineasta explicó queel film es "una metáfora del capitalismo extremo que hace del dinero el único valor importante que se impone sobre valores y sentimientos".
La mayoría de la prensa y público se había anticipado a adjudicar a Thomas Anderson el mentado León Dorado por The Master,
una de las propuestas más aclamadas y esperadas de este año. Sin
embargo, el realizador californiano se tuvo que conformar con la plata
al Mejor Director, que no es poco. Los protagonistas de su obra tampoco se fueron de vacío, ya que Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman compartieron el Premio al Mejor Actor.
Por su parte, el Premio a la Mejor Actriz fue a parar a manos de la israelí Hadas Yaron por su papel en Fill the Void, de Rama Burshtein. El Premio Especial del Jurado se lo llevó el austriaco Ulrich Seidl por Paradise Faith,
la segunda de una trilogía basada en la vida de tres mujeres de la
misma familia. Esta cinta viene con polémica, ya que la protagonista
presuntamente insinúa en una escena que se está masturbando con una
cruz.
Las decepciones de esta Mostra fueron Terrence Malick y su último trabajo, To The Wonder, que al contrario que la alabada El Árbol de la Vida, ha caído fatal entre público y crítica (algunas de las opiniones aquí), y Takeshi Kitano, cuya Outrage Beyond, secuela de Outrage,
originó el descontento general de los asistentes, que vieron una copia
de la predecesora sólo que con más dosis de violencia y sangre en el
mundo yacuza y de la mafia japonesa contemporánea.
El palmarés completo podéis encontrarlo en la Página Oficial del Festival de Venecia.