Todo lo que está mal con la segunda temporada de Stranger Things

Así son las cosas, y así os las he contado. No estoy diciendo que la segunda temporada de Stranger Things haya sido mala, porque eso sería simplificar las cosas (ha tenido grandes momentos, y escenas muy emotivas), pero lo cierto es que la nueva narrativa ha perdido la esencia de la primera temporada, aquello que la hizo tan tierna –centrarse en la amistad del grupo– para pasar a tramas que, aunque más comerciales, son clichés e incluso bastante tóxicas. Y sí: estoy hablando de la tan criticada "romantización" que han sufrido las relaciones de los niños. Porque yo me pregunto, y os pregunto... ¿era realmente necesario hacer eso?

Dustin siempre tendrá un lugar en nuestro corazón.

Dicen que Stranger Things ha triunfado tanto porque ha sabido captar muy bien la "entrañable" esencia de los 80'. Y es que, efectivamente, además de la tecnología cutre y los peinados cuestionables, la serie ha captado muy bien el machismo de la época. El problema es que a veces siento que la línea es realmente difusa... ¿cuándo Stranger Things está representando el machismo de los 80', y cuándo está enquistado en su propia narrativa, en su forma de enfocar las tramas? ¿Encara Stranger Things ese machismo de forma crítica, o lo asimila y reinterpreta como parte de ese "encanto ochentero"?
Tengo varios problemas con Stranger Things. Para empezar, su perspectiva masculina: esas charlas en las vías del tren entre Dustin y Steven, que muchos han considerado encantadoras, a mí me han parecido un petardazo. Lo siento, pero esa es la palabra. ¿Qué tiene de encantador que un adolescente enseñe a un niño a ser un futuro machuno? "Tienes que comportarte con las chicas como si te diesen igual, eso las vuelve locas". ¿Esto qué, es "cuqui"? Pues claro que sí, faltaría más, porque luego Steve añadió que "Nancy no es como las otras chicas", el gran halago cliché tóxico que todos hemos leído alguna vez en la literatura juvenil.
¡Otro "fuck boy" que luego también redimirán probablemente! ¡Qué ilusión!
Esta perspectiva masculina ha sido lo que ha impedido que llegase a conectar con Max, la nueva incorporación. Y es que, aunque Stranger Things la muestre como una chica de lo más "badass", lo cierto es que siempre la mira a través de los ojos de los chicos, privándola de toda entidad y personalidad. Ella, más que como amiga o personaje per sé, funciona porque trae conflicto. Conflicto para Will, porque teme que otra chica ocupe el lugar de Eleven, y conflicto para Dustin y Lucas, porque su "amor" por ella les lleva a enfrentarse.
Stranger Things ha decidido que había que dar el "siguiente paso". Centrarse en la amistad del grupo ya no daba más de sí, o al menos eso debieron pensar los guionistas, porque ahora era preciso buscarle un interés amoroso heterosexual a todos y CADA uno de los puñeteros críos, aunque se lo sacasen, literalmente, del culo –como esa chica random que baila con Will en el baile final–. De esta forma, la amistad pasa a un segundo plano, poniendo el foco de atención en esa tensión amorosa, celos y e incluso desprecios entre las dos únicas chicas del grupo. Insisto... ¿era necesario?
El consejo sobre chicas que emocionó a Spielberg.
La trama central, por si fuera poco, me ha emocionado muchísimo menos que la de la primera temporada. Creo que Stranger Things no ha sabido replicar esa magia, esa emoción, que hubo en la búsqueda de Will. La historia ha sido, en cierto sentido, algo redundante, por no hablar de que ha caído en uno de los clichés seriéfilos que más aborrezco: introducir a un tercer elemento entre LA pareja de la serie solo para seguir alargando su tensión amorosa, y finalmente quitárselo de en medio de forma cruel para volver a abrir el camino entre la parejita. ¿Era necesario lo que han hecho con el buenazo de Bob? ¿Cuántas cosas innecesarias ha habido esta temporada?
Ha tenido, como decía, puntos fuertes. Buenos momentos. En general, se pasa en un suspiro. Pero no puedo decir que haya conectado con ella tanto como con la primera temporada. Siento que las tramas se han "vulgarizado", que el gran encanto que tenía Stranger Things se ha visto sustituido por un enfoque mucho más superficial y mucho menos estimulante... porque, realmente, no había necesidad de poner en el centro de la historia tramas 'amorosas' y besos entre niños de 13 años. 
¿De verdad ERA NECESARIO todo esto?
No diré que no haya disfrutado la temporada, pero me ha dejado muchísimo más frío. Creo que ha sido mucho menos original y que, ciertamente, ha perdido su rumbo... o, como poco, se ha encauzado a otro que a mí no me interesa tanto. Pero ya sabéis: las opiniones son como los culos (cada uno tiene el suyo), y esta es solo la mía. ¿Qué os ha parecido a vosotros?

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Isidro López (@Drolope)