Para todos los románticos que tengan París como su ciudad ideal, os propongo este cortometraje de Carlos Ceacero, “Todos los trenes van a París”. Buenas ideas narrativas con la de introducir esa mirada nostálgica a un pasado imaginado o la de introducir imágenes grabadas e incluso a un entrevistador en off. Con una contenida y expresiva interpretación de Irene Aguilar, este corto nos deja ver el alma desencantada de una chica idealista que tuvo un amor en su imaginación y que dejó que se desvaneciera, que tenía una cita para no perder el tren a París… pero que supo entender que hay otros muchos trenes que van a la ciudad del amor, y que “donde una puerta se cierra otra se abre”.
Se respira cierta melancolía y desamor en estos once minutos, cierta pérdida de la ilusión juvenil en esta historia de lo que pudo ser y no fue, pero también la ambigüedad e indeterminación necesarias para hablar de la fragilidad del amor, para dejar los afectos en el terreno de lo inasible y etéreo, y todo eso permite dotar a la historia de un sentido poético y realista a la vez. Quizá haya una excesiva presencia de la voz del narrador, pero sin duda se trata de un trabajo sugerente y cuidado, tanto en los aspectos artísticos como técnicos. Por eso, os recomiendo verlo en este link de FIBAC (Festival Iberoamericano de Cortometrajes ABC). Está preseleccionado para los próximos premios Goya, en su sección de cortometrajes de ficción.
En las imágenes: Fotogramas de “Todos los trenes van a París” – Copyright © 2010. Carlos Ceacero. Todos los derechos reservados.