He terminado de leer el libro "Todos somos hermanos" (Plataforma, 2009), de Manel Estiarte (Manresa, 1961), una de las personas más importantes que ha tenido el waterpolo español y que ha participado en ni más ni menos que 6 JJOO (Moscú 80, Los Ángeles 84, Seúl 88, Barcelona 92, Atlanta 96 y Sidney 00), consiguiendo la medalla de oro en 1996 y la de plata en 1992, además de muchos títulos en los clubes a los que ha pertenecido. En Sidney fue el abanderado de la delegación española. También es Príncipe de Asturias 2001 y fue bautizado como el "Maradona del agua" y el "Jordan del agua".
La obra, cuyo prólogo corre a cargo de Pep Guardiola, me ha gustado por dos motivos:
– Primero. Es un libro escrito desde lo más profundo del corazón y eso uno lo nota enseguida, se palpa, se siente. Se percibe que uno ha abierto las puertas de la intimidad y deja pasar al lector. Hay pasajes que emocionan de verdad (uno muy especialmente), que hacen pensar y que están escritos desde la autenticidad, desde lo que uno ha vivido y sentido. Y la autenticidad siempre triunfa y conmueve.
– Segundo. Manel habla a calzón quitado, y si bien comenta el lado dulce de su vida como deportista, también habla de lo menos bueno, de las aristas más delicadas, de aquello que desde fuera muchas veces pasa desapercibido. Cuando alguien tiene éxito es muy frecuente encumbrarle de tal manera que parece de otro planeta, cuando cualquier persona tiene sus virtudes y sus defectos. Muchas veces la imagen que tenemos de una persona no es la real sino la que se nos ofrece desde los medios de comunicación, de tal modo que al conocerla muchas veces nos defrauda. El problema no es del personaje, él no tiene la culpa, sino de la imagen creada alrededor suya que nos la hemos creído. Ocurre a menudo con los escritores, con los artistas y con los deportistas. Por eso es bueno que también se habla de lo que no se ve.
No voy a desgranar el libro sólo apunto algunas ideas recogidas en el libro:
1. En cierta ocasión le preguntaban a Manel: "La final olímpica del 92, la de las prórrogas, perdida con Italia: ¿la gloria o el...?". Y contestaba: "Odio que se diga fracaso. La gente no puede considerar el deporte -si no ganas ante un gran equipo, tras haber jugado seis prórrogas, entrenarte cual loco...- como un fracaso. ¡No me jodas! El fracaso existe cuando no haces bien las cosas, cuando te dejas ir, te descuidas o no te entregas...". Me ha gustado mucho lo que dice Manel: "El fracaso sólo existe cuano no haces bien las cosas". Recuerdo una vez que Epi hablaba del mejor consejo que le había dado su padre: "Si das lo mejor de ti mismo nadie podrá reprocharte nada". Aquí escribimos un post que decía "El fracaso no existe", porque cuando se pierde dando lo mejor sólo existe la experiencia.
2. Hay un capítulo en el libro titulado: ¿Qué es el líder?. Allí Manel dice una frase contundente: "Yo era un gran jugador, un grandísimo jugador, pero me faltaba la excelencia: el altruismo". Es una de las paradojas del liderazgo: "Un auténtico líder nace para servir a su gente". Es el concepto de "servant leadership". La misión de un líder es inspirar, entusiasmar, ilusionar, dar feed-back... todo para que la gente y el equipo logre resultados. En el liderazgo existe una alta vocación de servicio.
3. "En deporte, la posibilidad de perder siempre es real, está ahí como una sombra. No hay que soñar con ella pero sí tenerla presente". Aquí escribimos un post con el título "La inseguridad no te abandona nunca" y también "Cuando crees que lo sabes todo vuelves a fallar". Es el concepto de "insecure overachiever". En el momento que una persona se relaja demasiado y no tiene un nivel de tensión óptimo, de respeto adecuado por el contrario y la competencia, falla.
4. "Un equipo no está completo si el líder sólo cuenta con los cracks. Sin los humildes no se llega a ninguna parte". Lo hemos puesto por escrito muchas veces. Hay gente que hace una labor callada, discreta, poco vistosa, pero tremendamente eficaz. No hay que olvidarse de ellos. Manel apunta: "Cuando no eres un líder auténtico, por muy alto que te encuentres eres incapaz de apreciar lo que tienes alrededor y que sin embargo es imprescindible para que te puedas mantener arriba: esa persona que por la mañana te acondiciona la piscina, coloca las corcheras, las porterías... el recepcionista, la gente del día a día..: todo eso que finalmente resulta gris, porque trabaja en la penumbra para que tú puedas recibir en toda su intensidad la luz de los focos". Manel se lamenta de no haberlo apreciado a tiempo: "¡Qué lastima que no supe apreciar a tantos detalles! ¡Cuánto tiempo perdí cuando me consideraba un líder y me encerraba en mi mundo y en lo que me rodeaba en primer término! ¿Qué era para mí, entonces, un masajista sino alguien que existía exclusivamente para que yo estuviera en forma? ¿Iba a dar los buenos días al chico que estaba pasando el aspirador por el fondo de la piscina?".
Un libro muy recomendable en el que se pueden encontrar otras muchas ideas interesantes sobre management y la vida. Dejo una entrevista que le hicieron a Manel en El Periódico y que merece la pena leer.