Tengo la intención de hacer un recorrido en tres etapas entorno de la creación de negocios de vino viables. Una es establecer qué ideas comparto a la hora de responder a la pregunta de qué es ser un emprendedor hoy. La segunda es compartir el material que hasta ahora hemos producido en nuestro taller al preguntarnos por los diferentes modelos posibles de negocio. Y la tercera, que llevará más tiempo, es hablar de casos prácticos.
¿Quién puede convertirse a emprendedor hoy en día? Voy a referir la respuesta a dos fuentes. La primera es la Indianopedia, marco teórico y de referencia del Grupo Cooperativo de las Indias, en donde se habla directamente de emprendedores artesanos. Son aquellos que:
- Crean empresas para trabajar en ellas y no para especular con ellas haciendo de las rondas de financiación un verdadero modelo de negocio y de la venta de participaciones a un futuro gran comprador el objetivo último de su trabajo.
- Enfocan su trabajo entendiendo que los objetos y servicios que se ofrecen en el mercado son portadores de mundos, de proyectos sociales y visiones morales. Y por tanto en su proyecto empresarial generan inherentemente el bienestar social producto de todo proyecto empresarial sostenible y honesto.
La segunda, son unas conferencias de Christopher Houghton Budd publicadas por la Editorial Rudolf Steiner en un libro que se llama “La economía moderna. El yo y la economía”, y que espiritualmente está en la misma sintonía indiana.
Houghton Budd sostiene que cualquiera de nosotros puede ser emprendedor y que la razón de ser que uno tiene en su vida es la base de cualquier actividad económica; realizar esta razón de ser es lo que se llama ser un emprendedor.
Si te sientes identificad@ con estas ideas y has intentado emprender un negocio, es probable que te hayas sentido desubicad@, desnortead@, porque los mercados financieros dentro de los que funciona hoy la economía, han logrado imponer como natural que toda actividad humana debe ser amigable con ellos. ¡Pero es imposible! No duermen, no reposan, no descansan, a diferencia de un ser humano. Así que si estás de acuerdo con estas ideas puedes incorporarlas, sentirlas como propias y trabajar en esta escala humana.
De esta manera podemos ver la diferencia entre participar de la vida económica dentro de la lógica de los mercados financieros, o trabajar identificados con nuestro Yo emprendedor y por lo tanto desarrollando una actividad económica con sentido propio y colectivo.
Como hemos estado intercambiando opiniones y experiencias en este sentido (hasta hora un poco frustrantes aunque enriquecedoras) podemos ahora seguirla por aquí. Vosotros los que habéis entrado en este blog y en este post, ¿cómo os sentís con estas definiciones? ¿Os identificáis? ¿Harías correcciones? ¿Respiráis aliviados? ¿Os sentís menos sólos?
Espero respuestas, no me dejéis aquí en áscuas.
¡Va un saludo emprendedor!
Fuente: Observatorio de vino
¡Todos podemos ser emprendedores!