Oigo por la radio, después descubro por Twitter que ha debido de ser el 27 de Diciembre, que Tom Hanks imbuido por el espíritu navideño, se supone, ha aparecido por una hamburguesería, de esas de carretera, y se ha sacado fotos con todos los clientes que han querido, incluso tomando las fotos él mismo, mientras les invitaba a lo que quisieran.
Hasta ahí la noticia o la falta de ellas, vaya usted a saber. Después vendrá si el aroma, o el tufo, del suceso, atrapa tus pensamientos y le das al magín sobre la razón que ha tenido el actor para hacerlo.Digamos, naturalmente, que no es la misma percepción de un norteamericano de este hecho, que puede variar desde el interés más especial a la misma mirada de una vaca viendo pasar un tren, que el de un español, sea el que sea, siempre lleno de razón y mala leche a partes iguales.Desde el prisma de un norteamericano, quizás todo vaya cercano a normalizar el trabajo de un actor. Y forma parte de ello, tal vez también, el demostrar que son seres humanos y que eso de estrellas, y de vivir en un planeta aparte era más en los años cuarenta y cincuenta. Que tienen malos días, como todos, aunque en los mejores, puedan ganar millones.Ahora, si Tom Hanks hubiera hecho eso en España, a los cinco segundos, y me sobran cuatro, alguna asociación de algo ya le había metido una demanda por apología. De promocionar con su gesto, por ejemplo, la comida "rápida", o peor de todo, la comida "basura". Eso, si no se presumía, entre silencios y gestos sugerentes, de que una carrera, la suya, que en los últimos tiempos no era tan buena como parecía, estaba siendo alterada por comportamientos, como el comentado, que pudieran poner su buen juicio en solfa.En España , y piensenlo un poco, los gestos solo sirven para jugar al mus, y eso si tu compañero es avispado, porque en el resto de la vida, muy posiblemente se malinterpretará.
Si tienes algún amigo famoso, aconsejale, y saldrá ganando, que antes de dejarse llevar por el corazón, se vaya poniendo en contacto con sus abogados; sí, varios.
*FOTO: DE LA RED