¿Tomamos un café?

Siempre es bueno estar atento a las señales en el camino. A veces las dejo pasar y otras, les hago caso.

– Hace un tiempo fui a visitar a unos amigos. Mientras tomaba un café con Pablo, Lelis se lucía con sus bolsas de té en hebras y me contaba sobre el curso de sommelier de té que estaba haciendo. Ella hablaba entusiasmada y en mí se reflotaba una vieja idea de hacer un curso de sommelier de café. Se llama barista. No sabía. Una nueva palabra en mi vocabulario.

– Ese mismo día vi en Instagram la foto que Karina publicó del libro de Nicolás Artusi, Café, dedicado para ella.

– Al día siguiente, mientras Dino compraba cerezas en la estación de trenes de Villa del Parque, yo lo esperaba con Tahiel en el carrito. Para que no empezara a protestar y a querer bajarse (porque no aguanta estar en el carrito sin movimiento) caminé una cuadra y la vidriera de una librería me llamó la atención. Frené y seguí moviendo el carrito con una mano. En la vidriera estaba el libro de Nicolás casi en primera plana.

– Esa noche soñé con café, con Karina, con Nicolás, con el libro y con el blog.

– Al otro día me levanté con muchas ganas de hacer el curso de barista. Apenas tuve unos minutos en la computadora busqué información en internet y solicité presupuestos. Todos eran muy caros para mis posibilidades. Quedará para otro momento.

– A la noche siguiente recordé un documental que había hecho cuando estudiaba periodismo sobre los cafés notables de Buenos Aires. Pensé que había de estos cafés en todo el mundo.

 Esta es la tapa del libro de Nicolás Artusi. Yo todavía no lo pude comprar, pero dicen que está muy bueno…

Decidí hacerle a caso a tantas señales…

– Se me ocurrió hacer una sección en el blog con todo lo relacionado con cafés del mundo. No solo sobre la bebida y sus variaciones, sino también sobre los lugares donde se disfruta la bebida. Una de las cosas que más me gusta hacer cuando estoy en Buenos Aires o cuando viajo es sentarme en un café y disfrutar de la bebida junto a un buen libro, una lapicera, mi cuaderno o mi computadora. Desde que nació Tahiel estos momentos son los menos, pero cuando los puedo tener los disfruto muchísimo.

Siento que en el café surgen ideas, se plasman sueños, se escriben servilletas, se hacen confesiones, se tejen historias. Y eso me encanta.

Muchas veces elijo entrar a un café y no a otro solo por lo “lindo” que lo veo. Creo que es un momento tan especial, que vale la pena disfrutarlo en un ambiente acorde.

Así que acá estamos… inaugurando una nueva sección en el blog que se irá llenando de aromas, fotografías, curiosidades, comercios y tradiciones relacionadas con el café.

Por ahora, les muestro la ilustración que nos acompañará a modo de logo en todo lo relacionado con el café y los cafés.

El café es sinónimo de amigos, de parejas, de charlas, de sueños, de esperas… Los invito a que tomemos juntos muchos cafés por el mundo. ¿Me acompañan?
¡Bienvenidos!

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