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Especial. Cobertura BAFICI 2012
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Directora y actriz componen una dupla difícilmente superable en esta crónica urticante para algunos sectores de nuestra sociedad. La diferencia con el tratamiento que sus colegas belgas le dieron al tema radica en el tono narrativo: Tomboy carece del registro crítico, a veces provocador, con recursos fantaseosos de Ma vie…
Sciamma consigue expresar la ilusión y los miedos de Laure sin asignarles representaciones explícitas. En este sentido, Héran se revela como una actriz con todo el talento que les falta a muchos adultos. La acompaña en esta tarea increíble la todavía menor Malonn Lévana, que interpreta el rol de la hermana más chica (ambas reproducen un vínculo fraterno cómplice y reparador).
Tomboy conmueve profundamente sin recurrir a ningún golpe bajo ni exceso. Es más, si algo sorprende de este largometraje ganador del premio Teddy en el Festival de Berlín de 2011 es el relato mesurado, la ausencia de estridencias o melodramatismo en general asociados a una problemática delicada, devastadora para las familias sujetas a la héteronorma.
Aunque la hostilidad es un elemento de aparición inevitable (que la realizadora francesa reconoce), este film apuesta a un desenlace que enciende una lucecita de esperanza. Es tiempo de que esto suceda en un siglo XXI al que todavía le cuesta distinguir entre homo/transexualidad y enfermedad.