La imagen de los tres máximos mandatarios mundiales (Franklin D. Roosevelt de EEUU, Iósif Stalin de la URSS y Winston Churchill de UK) tomando asiento para ser fotografiados, como bien podría suponerse no es fruto de la casualidad, sino que responde a una curioso pero sólido argumento fundamentado con varios años de antelación. En realidad, la razón de fondo a esta peculiar actitud delante de los focos, no es otra que la siguiente: Roosevelt desde 1921 estaba paralítico, con tan sólo 39 años tras sufrir una tremenda poliomielitis quedó inmóvil de cintura para abajo. De hecho las fotos suyas que se recuerdan, a no ser que sean de su juventud o época estudiantil, en ningún caso son de pie. Había que guardar las apariencias, dar sensación de fortaleza, rectitud y completo aspecto saludable (aunque Rooselvetl falleciera el mismo año en que se celebró la conferencia). Deteriorado, enfermo, delgado,... son claros los síntomas de debilidad en el líder norteamericano, pero ante el público y para la historia debía quedar claro que EEUU no era al igual que su presidente una nación incapaz de levantarse. Y en consecuencia a 66 años vista, su estrategia de despiste parece que funcionó.
A continuación la más famosa de las instantáneas tomada en dicha conferencia:
De Izq a Dch: Churchill, Roosevelt y Stalin.
Aunque más de uno habría preferido el montaje de Diesel: