Parece ya una costumbre que Disney, año con año, tenga por lo menos una película que fracase en taquilla y obligue a los ejecutivos de la empresa del ratón a modificar sus planes sobre futuros proyectos. En 2010 tuvo doble golpe con los fracasos de “El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo” y “El Aprendiz de Brujo”, donde el sello de Jerry Bruckheimer no terminó siendo garantía; en 2011 fue el turno de la producción animada “Marte necesita mamas”, pero la pobre publicidad no apoyo mucho; en 2012, “John Carter” se convirtió en una de los fracasos más grandes de todos los tiempos; en 2013, fue el turno de “El Llanero Solitario”, que no levantó ni con Johnny Depp en su reparto. En 2014 no hubo ningún fracaso así, y pareciera que esa racha se había terminado. Hasta que llego el turno de Tomorrowland de estrellarse ante el monstruo de mil cabezas.
He de confesar que la primera vez que vi la película salí decepcionado de la sala: visualmente la película era impresionante, pero en la historia quedaba a deber y los personajes no me habían convencido. Pero pasado el tiempo y pensando más detenidamente sobre la película, me encontré disfrutando genuinamente esta entrega. Lo único que habría que hacer es dejarse llevar por todo: la historia, los personajes, los efectos, las actuaciones, incluso por la música y el diseño de producción. Combinado todo eso, nos encontramos ante una película bastante buena, aunque tiene sus pequeños detalles.
De esos detalles quizá el más grave sea Britt Robertson como Casey Newton; no creo Britt sea una mala actriz, pero el problema es que carga con el personaje menos interesante de todos: una adolescente 100% optimista y que siempre le ve el lado positivo a las cosas; no es que sea malo ese enfoque, es solo que aquí no termina por convencer y creo que se debe a los actores que rodean a Britt, que les toca personajes mucho más interesantes que el de ella. Eso quizás no sería un problema si no fuera porque Casey es el personaje principal de la historia, quitándoles minutos a los personajes de Clooney y Laurie especialmente.
Clooney hace lo que puede para sacarle jugo a su personaje, con resultados bastante interesantes; Laurie es criminalmente desperdiciado, con un giro a villano que sale de la nada y crea un final bastante forzado. De los personajes, es sin lugar a dudas Raffey Cassidi es quien se lleva los mejores momentos, ya que su interpretación como la robot Athenea es lo mejor que hay en el rango de la actuación. Le auguro un buen futuro a esta niña.
Pero el mejor brillo de la película, cae en los efectos especiales: estos son mostrados en buena cantidad, sin llegar a excesos, y transmiten algo de magia que hace que te enganchen con la historia.
Hablando de la historia, una de mis acusaciones era que tardo bastante en adentrarse, precisamente, al mundo de Tomorrowland, y que cuando entramos a este, no nos encontramos precisamente con la publicidad que los trailers y posters nos ponían. En un principio yo me decepcione con este resultado, pero confirme mas lo termine pensando, esto transmite un mejor mensaje de lo que uno pudiera esperar: en vez de esperar esa magia, tu créala; un mensaje que, en estos tiempos, no se debe de obviar.
Puede que la película, en historia, no este del todo bien; pero tiene la suficiente magia para engancharte y llevarte a un viaje increíble, de esos que uno quisiera vivir.