México vuelve a ser noticia. Y nuevamente el responsable es el narcotráfico. Si ayer, en este mismo blog, hablábamos sobre los 10.000 muertos asesinados en un año, ahora el turno es para hablar de la muerte del jefe del cártel del Golfo, Tony Tormenta- alias de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén. Pero este mafioso mexicano vendió cara muy vida. Después de seis horas de un intenso tiroteo y donde hubo varias explosiones, perdieron la vida dos infantes de Marina, Tormenta fue abatido junto con otros cuatro narcos. La intensidad de la refriega fue tal que la policía se vio obligada a cortar tres de los cuatro puentes que conectan la ciudad de Matamoros con Texas.
Tony Tormenta en una foto de archivo.
"El Gobierno de la República expresa su reconocimiento a los efectivos de las Fuerzas Armadas. Se ha dado un paso significativo en la desarticulación de las bandas criminales que tanto daño hacen a la población civil", ha afirmado en una rueda de prensa Alejandro Poiré, portavoz del Gobierno de Felipe Calderón para asuntos de seguridad.
La muerte de Tony Tormenta es un duro golpe para el cártel del Golfo. Este narco- la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos) ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por su cabeza- estaba al frente de unos de los principales emporios de México. De hecho, Estados Unidos le acusaba de transportar ingentes cantidades de cocaína y marihuana por el corredor Matamoros-Brownsville.
Tony Tormenta tomó las riendas del cártel del Golfo en 2003 cuando su hermano- Osiel Cárdenas- fue arrestado; quién actualmente cumple condena en Estados Unidos. Pero, a pesar de sus vínculos familiares con el anterior jefe del cártel, tuvo que reafirmarse como nuevo ‘capo’ apretando el gatillo y liquidando a la competencia. Su oponente más duro, José Eduardo Costilla- alias El Coss- era uno de los líderes más sanguinarios del cártel de Los Zetas; tuvo que claudicar y dejar a Tormenta como cabeza visible del negocio. Desde entonces el cártel del Golfo, que tiene su sede en el estado mexicano de Tamaulipas (Golfo de México, frontera con EEUU), está embarcado en una sangrienta guerra con su antiguo brazo armado, el grupo de sicarios conocidos como Los Zetas, fundado por Osiel a partir de un grupo de desertores de las fuerzas especiales del Ejército. Los Zetas decidieron independizarse del grupo comandado por ‘Tony Tormenta’, lo que derivó en numerosos combates que continúan hasta hoy.
"Tony Tormenta" es el tercero de los máximos dirigentes del narcotráfico mexicano que cae muerto en operativos gubernamentales en menos de un año, tras Arturo Beltrán Leyva (diciembre de 2009) e Ignacio ‘Nacho’ Coronel- del cártel de Sinaloa en julio de 2010).