‘Too big to run’

La excusa del ‘too big to fail’ funcionó durante un tiempo. Era el argumento idóneo para consolar a los temerosos sin herir el amor propio de los patriotas. Pero cada día que pasa resulta menos convincente, al menos para calmar las pequeñas alteraciones del espíritu. Los dinosaurios debían pensar lo mismo, al igual que sus descendientes ideológicos aquí y ahora: “Too big to fail” y con esta íntima convicción dominaron la Tierra durante millones de años seguros de sí sin preocuparse más que de buscar comida y sobrevivir a los avatares domésticos. Pero sin proyecto de futuro ni plan de viabilidad.

Que Mª Dolores de Contabilidad, creo que la expresión es de Jordi Évole, alegue que España no es Chipre ha sido la obviedad del fin de semana. Los medios han repicado y repiqueteado las palabras encumbrando lo obvio a categoría de noticia relevante. Prima el who de la cuestión, el criterio de notoriedad, sobre el contenido, que resulta poco o nada interesante. Aparte de su escaso valor informativo, tampoco actúa de bálsamo tranquilizador. No para mí. Ni a los mercados, que se mueven por extrañas para nosotros asociaciones de ideas y previsiones sobre futuros. Hoy castigan con fuerza la deuda y la Bolsa españolas porque opinan que sí, que España podría ser Chipre, de la misma forma que cada día se parece más a Grecia. Ellos, como Forges hoy en El País, no se creen a la secretaria general del partido del Gobierno. Por eso, el mejor consejo es precisamente ese “¡Corre!”. Pero puede que seamos también too big to run