Nueva Zelanda. Qué lugar.
Top of the Lake. Una serie de televisión producida por la BBC, Sundance Channel y la UKTV australiana, escrita por Jane Campion y con Holly Hunter y Elizabeth Moss de estrellas. Casi nada, oiga.
Tras la expectación creada por esta carta abrumadora de presentación, han sido muchos los que la han considerado pesada, lenta, con un montaje extraño y desconcertante, y con algunas escenas y personajes que no se sabe si aportan poco, nada, o mucho y somos los espectadores los que no tenemos el nivel necesario para comprenderlo. ¿Ansias de ser considerada una obra maestra? ¿Pretenciosa? A ratos, sí, para qué mentir.
Y, sin embargo, a mí me ha gustado.
Como todo en la vida, para gustos, colores. Cada cual tenemos nuestra forma de ver televisión, nuestras apetencias, manías y obsesiones personales. Es compresible que esta serie sea considerada lenta, porque lo es. De hecho, le sobran unos cuantos minutos, sobre todo en los capítulos finales, cuando el espectador espera desesperado la resolución del caso y, de verdad, señora Campion, no tenemos ganas de más planos de la maravillosa naturaleza neozelandesa. Lo que queremos es saber qué ha pasado con Tui.
Porque, se me olvidaba, de eso va esta serie. Otro misterio en comunidad cerrada con niño desaparecido por medio. A lo Broadchurch sí, pero con Nueva Zelanda de fondo. Y también con una historia mucho más compleja y distanciada emocionalmente de la serie de Tennant. Broadchurch, que también tiene sus intensidades, es más una serie de género negro comme il faut. En cambio, los personajes de Top of the Lake tienen todos su novela a la espalda. Novelas que se entremezclan para hilar un panorama desolador.
GJ la rara
Como os decía, la pretensión de obra maestra de la que hablaba al principio se deja ver en la inclusión de personajes extraños, sobre todo el que interpreta Holly Hunter. Una especie de sanadora espiritual de un grupo de mujeres abandonadas, malqueridas y, hay que decirlo, bastante idiotas, que se va a vivir con esa troupe a una explanada al borde de un lago entre montañas, Paradise.Le reconozco a GJ, Holly Hunter, algunas frases acertadas, pero lo extraño -y sin sentido- de toda ella y las ganas de abofetear (mucho) a sus discípulas, pudieron conmigo. Aunque imagino que de eso se trataba. De que al espectador le entraran ganas de abofetear a esa panda de mujeres vacías, ñoñas, infantiles y absurdas, que viven retiradas del mundo y sumergidas en un bucle de autocompasión porque sus respectivos maridos/novios/whatever no las han querido nunca como se supone que las tenían que querer. Como los príncipes de los cuentos y eso.
Esta absurdez patética del género femenino se contrapone, claramente, al gran tema de la serie: el machismo. Creo que Top of the Lake muestra a uno de los personajes más odiosos de todos los tiempos, Matt Mitcham. Vomitivo, en serio. Y me callo por no spoilear más.
Matt Mitcham y Robin
En fin, que si os gustan las series que os hacen pensar, Top of the Lake es para vosotros. ¿Vivimos en una sociedad machista? Sí, claramente, sobre todo en determinados lugares cerrados y aislados. ¿La culpa de ese machismo, muchas veces, la tienen las propias mujeres? Lamentablemente, sí.Si habéis llegado hasta aquí y aún no os habéis asustado, he de deciros que además de esos temas, no podemos olvidar el asunto de los menores, las drogas, el pasado que siempre vuelve, las pérdidas de seres queridos y, en general, lo patético, cruel y despiadado que puede llegar a ser el ser humano. Encantador, lo sé. Por si fuera poco, algo pasó, creo, a la hora de montar las escenas, porque especialmente en los tres últimos capítulos tiene fallos de ritmo muy extraños. Ese momento en el que el corazón se está saliendo por la boca y, de repente, a otra cosa mariposa, sin continuidad, sin nada. Y tú con cara de momentazo interruptus. O con cara de tonto, que viene a ser lo mismo.
La responsabilidad de sacar adelante esta serie recae en Elizabeth Moss. Ella sí. Ella está fantástica. Interpretar a alguien que se enfrenta al abismo mientras hace frente, al mismo tiempo, a su -tremendo- pasado y a su desconcertante presente no es sencillo. Y a la Moss te la crees desde el principio al final. Sólo por ella merece la pena adentrarse en Laketop -el pueblo donde se desarrolla la trama- Además los frikis podréis disfrutar de David Wenham (Faramir) en los maravillosos paisajes de la Tierra Media-Nueva Zelanda.
Un moreno y un rubio para Robin
En resumen, yo la recomiendo, pese a todo. Eso sí, sabed a lo que os enfrentáis. Venga, valientes. Animaos y después me contáis qué tal. :)