Tor: anonimato en la red

Vivimos en una era donde las grandes corporaciones y los ocultos gobiernos desean conocernos mejor, desean controlarnos, desean limitarnos y desean censurarnos. Y ésto lo consiguen gracias a internet, esa herramienta universal que todos creen saber usarla y pocos saben realmente cómo deben hacerlo.

Saber usar correctamente internet es fundamental para conservar nuestra privacidad, ya que mientras navegamos compartimos información personal sin percatarnos de ello [y luego nos preguntamos por qué recibimos tanto spam, por qué nos han suplantado nuestra identidad, o por qué nuestro ordenador siempre tiene problemas de diversa índole].

Pues bien, el projecto Tor [software libre y multiplataforma] nos ayuda conservar nuestro anonimato en la red, aportándonos un canal de comunicación anónimo resistente a ataques de análisis de tráfico, con lo que nuestra IP de origen nunca será descubierta. Además, Tor se suele combinar con Privoxy [o similares], de forma que podemos acceder a páginas web de forma anónima y segura.

Desde el equipo de Tor también nos recomiendan usar algún sistema de cifrado como SSL, bloquear las cookies, bloquear los plugins Java y deshabilitar el registro (historial) de webs.

Su instalación es muy sencilla, especialmente si usamos Firefox. En el caso de usar Chrome/Chromium, habrá que configurar un poco: desde opciones de chrome cambiamos la configuración del proxy accediendo a la configuración de la LAN, y una vez allí activamos el proxy [Dirección: Localhost; Puerto: 8118]. Para asegurarnos de que Tor funciona correctamente, simplemente accedemos a esta dirección http://check.torproject.org/ En el caso de otros navegadores lo desconozco, ya que estos tres citados son los mejores y los únicos que merecen la pena [y entre estos tres, mi preferido es Chromium

].

Desde hace años uso Tor, y lo recomiendo totalmente. Otro punto a su favor es el Premio por el Avance del Software Libre recibido de manos de la Free Software Foundation por por el gran papel que ha desempeñado en el transcurso de las protestas y revoluciones en África del Norte y Oriente Medio [sí, gracias a Tor estas revueltas han tenido éxito al permitir el acceso a internet cuando éste fue bloqueado].

No cambien de blog, mañana más

“Todos nacemos originales y morimos copias” Carl Gustav Jung.