Revista Deportes

TOROS en la Malagueta

Por Malagatoro

primero guardiola

El primer Guardiola. Un pavo que fue el mejor de la tarde. Corrida seria de plaza de primera


Plaza de Toros de Málaga. Viernes 12 de agosto 2011. Menos de media entrada.

Seis toros de Herederos de Salvador Guardiola, bien presentados, sobre todo el primero. Aplaudidos a la salida, primero, tercero y quinto. De juego desigual. El mejor lote el de Antonio Barrera. Segundo y quinto pitados al arrastre.

Antonio Barrera: estocada habilidosa saliéndose, contraria y atravesada. Aviso y  descabello. Vuelta tras  petición no mayoritaria. Buena estocada, aviso y oreja, con petición de la segunda.
Fernando Robleño: pinchazo y cuatro descabellos, se echa el toro. Silencio. Pinchazo bajo, pinchazo hondo delantero, pinchazo y siete descabellos. Aviso. Silencio.
Luis Vilches: cuatro pinchazos y un descabello. Aviso y silencio. Dos pinchazos saliéndose y dos descabellos. Silencio.

Paco Peña saludó en banderillas y parearon con corrección Ecijano II y Trillo. Picaron bien la corrida, Germán, Plaza y especialmente Romero que fue ovacionado.


Ayer salieron TOROS por los chiqueros de la Malagueta. Ayer se aprobó una corrida muy seria. Ayer se vio el toro de primera. Ayer, después de mucho tiempo, el principal protagonista de la Fiesta hizo presencia en el albero del coso del paseo de Reding. Ayer, los escasos espectadores que acudieron a la plaza vieron lo que es un toro de lidia y los aficionados sentimos esa indescriptible sensación de contemplar la majestuosa estampa del rey de la dehesa en su integridad, que transmite respeto y admiración, léase trapío, ese término desterrado por el Reglamento Soriano. Porque cuando sale el toro, toro, todo lo que se hace en el ruedo adquiere importancia porque se transmite a los tendidos que en el albero existe peligro y que todo lo que se haga delante de él adquiere importancia y no se encuentra al alcance de cualquiera.

Fernando Puche ahora que se va, espero que para no volver, al fin pudo contemplar lo que es un toro, al igual que muchos malaguitas, pseudoaficionados y mamamelones que han defendido al perritoro como el “toro de Málaga”. Ayer los ejemplares de Guardiola pusieron de acuerdo al “Mundo Feliz”, a la “maza” y a la docena de aficionados que quedan en la Malagueta. Tiempo hacía que no se aplaudían tres cornúpetas de salida en una corrida y se daba una gran ovación a un picador. Corridas como esta son con las que tienen que venir los ganaderos a Málaga, y son las que se deben exigir en los tendidos y por la autoridad en los corrales. Esa es la forma de dar seriedad e importancia a una plaza para que realmente sea considerada de primera. Pero, lamentablemente, ya verán como todo cambia cuando lleguen las “figuras”, los del G-10, y como aparece el medio toro por los chiqueros, sino al tiempo, aunque deseo equivocarme.

Cuestión diferente es el juego que ofrecieron. Porque, que nadie se equivoque, los toros no fueron bravos sino encastados, ya que aunque todos fueron al primer encuentro con las monturas, en el segundo la cosa fue distinta y no se vio pelea de bravo en el caballo. En el segundo tercio casi todos los bureles esperaron y arreaban hacia los adentros, pero mantuvieron la movilidad y transmitieron a los tendidos porque tenían casta.

El mejor lote le tocó en suerte a Antonio Barrera. El primero era todo un tío con caja, apretado, rematado y astifino, el mejor presentado. El sevillano anduvo con decisión y valor, iniciando la faena doblándose con el pavo para dominarle. Porque para torear lo primero que hay que hacer es someter al toro. De esta forma y dejando la muleta puesta, pudo dar dos buenas series de derechazos de mano baja, templados y ligados. Por el pitón izquierdo se quedaba corto, y fue abandonando la pelea al verse sometido. Finalizó con unas manoletinas muy ajustadas.  Mató de una estocada habilidosa pero saliéndose de la suerte. Tardó en acoplarse con su segundo hasta que al final pudo enjaretarle dos series en redondo de mano baja y templadas pero poco ajustadas y metiendo pico, que llegaron a los tendidos. Finiquitó con un estoconazo final una faena de una oreja. Pues, aunque hubo petición del segundo apéndice, no se la merecía. La presidenta del festejo, que es buena aficionada, Ana María Romero, de forma muy correcta no la concedió. Espero que el criterio y seriedad de ayer en los corrales y en el palco se mantengan cuando vengan don Julián y compañía, acompañados de sus respectivos apoderados.

Fernando Robleño, que se presentaba en Málaga tras tantos años de alternativa, apechugó con el peor lote. Su primero era noble pero soso, que acabó parándose y sin querer pasar. Pero creo que estuvo por debajo del quinto de la tarde. Cierto que su embestida era brusca, metiendo arreones. Pero al inició de la faena de muleta se le vino con una arrancada fuerte y se afligió al verle el peligro. Estuvo desastroso con la espada. Creo que este torero está donde está por méritos propios.

Luis Vilches se las vio con un ejemplar que no tenía un pase por el pitón derecho, por lo que rápidamente se puso a torear con la izquierda, logrando algún natural meritorio. Con el sexto, que en septiembre cumplía seis añitos, aunque puso voluntad, estuvo descolocado y citando demasiado a voz en grito, y ya se sabe que muchas veces por la voz se escapa el valor. También anduvo mal con la espada. 

Lo dicho, ayer se vieron toros en el albero de la Malagueta y, cuando hay  toro, todo tiene importancia.


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