Revista Toros

Toros en Marbella y oreja “turística”

Por Malagatoro

David galván

David Galván cortó la única oreja de una corrida muy interesante y muy bien presentada


Tarde calurosa en Marbella pero fría en los tendidos, pues se registró un escaso cuarto de plaza en una corrida de interés para el aficionado. Algunos viejos aficionados presentes achacaban la pobre entrada a los precios de las localidades. En este sentido, a pesar de que es cierto que los precios eran elevados para las calendas actuales, nunca tengo nada que alegar pues creo en la libertad de empresa, y es el empresario quien se la juega y quien acierta o se equivoca en su negocio. Creo que hubo otro factor a considerar que fue la coincidencia en la cercana plaza de Estepona de otro festejo, errónea coincidencia que como están los tiempos va en contra de ambas empresas. Tal como anda el negocio taurino no se entienden estas cosas. El tercer factor, y no menos importante, es la falta evidente de afición y de interés general por la Fiesta.

Valiente apuesta la del empresario Pepe Román por un cartel muy atractivo para el aficionado, que en escaso número asistieron, siendo mayoritaria la presencia de turistas. Grata sorpresa la notable presentación del encierro de Las Monjas: toros con cuajo, bien armados y que ofrecieron un juego variado e interesante, destacando el primero de la tarde que fue un animal de gran calidad en la embestida y muy noble. Desentonó el quinto que desarrolló peligro. El resto del encierro fue manejable y apto para el triunfo pero, lamentablemente, las reses se fueron con las orejas puestas por el deplorable uso que la terna hizo de los aceros. La suerte suprema ayer en Marbella se tornó en una absoluta desgracia.

Gustó Javier Castaño en su presentación en el coso marbellí. Con su primero, un burel extraordinario que embistió con calidad y ritmo, estuvo muy asentado, toreándolo con temple y mano baja, trayéndolo muy embebido en la franela. Destacó una serie al natural, rematada con un sensacional pase de pecho, así como un lentísimo circular en redondo de rodillas. Con los aceros estuvo horrible, perdiendo los trofeos. Su segundo oponente tenía querencia por los terrenos de chiqueros y Castaño, echando mano de la gran capacidad técnica y experiencia que posee, tuvo el mérito, rompiéndolo por abajo y a base de que el cornúpeta no viera más que pañosa, de desengañarle y fijarlo en muleta. Mejor por el pitón derecho, pues al natural se quedaba más corto y al final del pase cabeceaba y enganchaba la muleta. Pero, a pesar de que estuvo valiente y decidido, la faena fue de de más a menos. También estuvo desastroso en el manejo de la espada que le privó del triunfo. Manejado la tizona de esta forma es imposible llegar a lo más alto del escalafón.

No fue la tarde de Salvador Vega. Si bien con el segundo de la tarde desarrolló parte de su tauromaquia de corte clásico en varias series en redondo y en una serie de naturales destacable, la faena tuvo muchos altibajos. Más voluntad que otra cosa. También mal con la espada. Ciertamente el quinto era un animal serio que acortaba la embestida, no pasaba y desarrolló mucho peligro. Salvador optó por quitárselo de en medio tras un breve trasteo. Hizo bien. Entre que no hubo conexión entre corazón y mente, y el “regalito” del quinto, el diestro pasó con más pena que gloria. En fin, otra vez será.

David Galván manejó con soltura, variedad y gusto el percal. Destacó en un quite por faroles y ceñidas chicuelinas al tercero. A su primero, un manso encastado, con poca fijeza, que acabó rajándose, pero que tuvo una buena embestida, le realizó una labor intermitente, con buenos pases de mano baja y con ajuste, alternando con otros momentos de toreo de expulsión, despegado y con abuso de pico muletero. Se puso pesado alargando innecesariamente la faena a base de desplantes, muletazos sueltos, finalizando con las consabidas manoletinas. Valiente el chaval y clásico en su concepción del toreo, pero con la comprensible falta de oficio. Tras una estocada caída y tendida, fue premiado con una oreja “turística”. Al que cerraba plaza lo recibió con unos lances a pies juntos de notable factura. El animal no era fácil, desparramaba la vista y tardaba en embestir, y cuando lo hacía llevaba medio recorrido. Ante esta condición, el cruzarse en el primer cite es necesario, y no quedarse descolocado y al hilo obteniendo así medios pases sin ninguna profundidad. Buena disposición y valor, pero con las carencias técnicas que con el tiempo seguro que irá limando porque el chaval tiene muy buenas condiciones. Se pasó de faena empeñado en el toreo accesorio; las  morisquetas que tanto gustan al público moderno, y le costó cuadrar al burel. Con la espada anduvo en soberbio “pincha uvas”, perdonándole el usía el tercer aviso. A hacer más carretón.

Destacaron con los garapullos David Adalid y Fernando Sánchez de la cuadrilla de Castaño, y Tito Sandoval recetó un soberbio puyazo al quinto de la tarde.

Paz y salud

Pepe Pastor


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