Revista Arquitectura

Torre Agbar: cuando la arquitectura desafía a los estándares

Por Nosoloviajeros @nosoloviajeros

Torre Agbar, Barcelona

En las últimas décadas, tras la apertura de España al mundo, la ciudad condal no solamente se ha proclamado a los cuatro vientos como un destino ideal para mochileros de vuelos low cost y alpargatas, sino también para las grandes figuras del diseño y la arquitectura internacional. El pionero a gran escala fue nuestro gran maestro, Antonio Gaudí; pero mucho otros lo siguieron, y con los diseños más estrambóticos que a cada uno de le ocurrieron se configuró la Barcelona del siglo XXI.

El caso que hoy os traigo es la obra maestra del arquitecto francés Jean Nouvel, la Torre Agbar. Un rascacielos que más allá de su diseño futurista es un palpitante ejemplo de lo que es una estructura responsable con el medio ambiente. Un “bioedificio” que ilumina con sus más de 4.500 leds la noche barcelonesa.

Con sus 145 metros es el decimoséptimo rascacielos más alto de España, el tercero de Barcelona – tras la Torre Mapfre y el Hotel Arts - y cuenta con 34 plantas. No es que sean unos datos abrumadores si los comparamos con otros rascacielos españoles; tampoco es la idea, ya que este edificio no se caracteriza por sus medidas, sino por su diseño.

Torre Agbar, Barcelona

Desde un inicio los trazados de la torre ya causaron cierta polémica, ya que no se entendía que en una ciudad con un skyline como el de Barcelona se construyera un rascacielos con una forma que se asemeja mucho a la de un supositorio gigantesco. No obstante el edificio es un homenaje a Gaudí, ya que el diseño está fundamentado en dos de sus obras, la basílica de la Sagrada Familia y el proyecto de Hotel Attraction, un edificio que supuestamente Gaudí tenía planeado construir en Nueva York.

Uno de los puntos más interesantes del diseño de la Torre Agbar es su eficiencia energética; el edificio está diseñado para que no tenga la necesidad de tomar energía de la red eléctrica exterior. Cuenta en su fachada exterior con 60.000 placas fotovoltaicas que acumulan la suficiente energia solar como para que el edificio se autoabastezca. Además de ello, a fin de que el consumo este controlado, el edificio automáticamente determina que a las estancias no ocupadas no deben estar ni iluminadas ni con el sistema de climatización activado. En definitiva un edificio respetuoso con el medio ambiente.

Torre Agbar, Barcelona

Y quizá una de las características más llamativas de la torre ha sido su psicodélica iluminación exterior. Un total de 4.500 leds se ocupan de iluminar la fachada por la noche creando efectos lumínicos de lo más llamativos. Una razón más para coger un vuelo a Barcelona y conocer la ciudad.

Por cierto, tanta ha sido la expectación que levantó la inauguración de la torre que está permitido que los turistas accedan al mirador que hay en la última planta. Las vistas de Barcelona son increíbles.

Fuente | Wikipedia


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