“La torre en guardia la torre en guardia ….la vengo a destruir”
Canción de la infancia uruguaya
“La historia es mi amiga nocturna; me brinda placer y embriaguez”
Carta de Mussogorsky a Stasov. 1873
Se ha hecho internacionalmente pública la defensa de la torre del ingeniero ruso Vladímir Grogoriévich Zhújov*, en particular por los nombres de arquitectos como Koolhaas y Ando.
Hace ya varios años que distintas organizaciones rusas en coordinación con otras de Europa occidental trabajan para llamar la atención de la comunidad culta internacional y del Kremlin sobre la necesidad de preservar esta obra de la ingeniería soviética.
Poco conocida en Occidente, esta estructura es un referente para cualquier estudiante de arquitectura o arquitecto ruso. Permitiéndose un salto mortal de analogías y salvando las escalas espacio temporales, podría decirse que Vladímir Zhújov es el Eladio Dieste ruso. Se podría seguir “jugando” en este “talante” y encontrar también un “registro” (para decirlo usando palabras recurrentes a la moda) en el que se puede afirmar que Vladimir Zhújov fue el Cecil Balmond de los arquitectos estrella de la vanguardia soviética. Y en ambos casos, a pesar de lo coloquial de los juegos de nombres, no se estaría disparatadamente lejos de la realidad.
En general en las guías de arquitectura sobre Moscú realizadas por occidentales, la torre no aparece como “obra”, pero es un referente en cualquier guía de arquitectura razonablemente rigurosa de edición rusa. La separación del mundo en dos bloques en los años de la Guerra Fría aún sigue proyectándose en la actualidad en las grandes lagunas de conocimiento que Occidente tiene sobre la realidad rusa en distintas áreas.
Soldado Rojo de guardia en la torre de radio del Komintern_Foto Rodchenko.1929
La Torre Shabolovskaya en una discutible posición. Foto tomada en 2013 desde el Puente Krmiski (de Crimea). A la derecha y 1,5 km más cerca se ve el edificio soviético de 1970 proyectado por los arquitectos Kozlov,Tijónov y Kozlov, que fuera el Comité de Estandarización de la URSS y es considerado una de las obras del período. Más adelante bloques de viviendas de la era de Stalin y más adelante aún las copas de los árboles del Parque Gorki del otro lado del río Moscova_ Foto Marcel Blanchard.
Sacrificando torres en el tablero
“Sería un error suponer que únicamente los otros significantes sirven para mantener la realidad subjetiva; pero lo cierto es que ocupan una posición central en la economía del mantenimiento de la realidad y revisten particular importancia para la confirmación continua de ese elemento crucial de la realidad que llamamos identidad” _Berger y Luckhmann. “La construcción social de la realidad”
¿Hasta dónde es recomendable preservar la torre y porqué? Cuando uno se adentra en la realidad de la torre se encuentra con argumentos que son poderosos, tanto a favor como en contra de su preservación.
Como todo lo relacionado con los asuntos de preservar o destruir (o renovar) tienen implicaciones filosóficas de alcance.
¿Hasta qué punto es bueno preservar el pasado de algún aspecto de una sociedad o un individuo? ¿Hasta dónde lo pasado protege sanamente la identidad y hasta donde es un inventario limitador? ¿Hasta qué punto es bueno limpiarse de él para dar lugar a nuevas energías?
En el caso de los rusos si con algo están acostumbrados es con la tabula rasa. Sea por agentes interiores o exteriores, el arrasar sin mucho parpadeo con cosas existentes, es en Rusia parte también de una profunda identidad. Si hay algo propio a Moscovia es el caos estilístico y la meleé. Arrasar y crear cosas fantásticas de la nada previa. Como un juego de osos siberianos en la profundidad de los bosques, siempre atraídos por la miel del poder. Osos-niños-gigantes que disfrutan destrozando y construyendo en impulsos impredecibles. Una pulsión muy a tono por otra parte, con la naturalidad de la naturaleza, que poco sabe de sentido de nada, permitiéndose simplemente ser mientras sea su tiempo. Ahí está la miel, ve y tómala, que después se verá como seguir.
Pero a su vez no cabe duda que la torre Shábolovskaya es parte de la memoria colectiva visual de Moscú. Representa toda una época. Precisamente la época de la tabula rasa bolchevique. En que lo viejo era reaccionario y burgués y lo proletario y revolucionario solo podía ser lo nuevo. Pero lo nuevo construido sobre el cadáver de lo antiguo, o mejor aún la tierra arrasada, ya sin cuerpo muerto siquiera.
En esa sensibilidad, sacrificar una entera torre no sería una pérdida sino algo parecido a un gambito en ajedrez, entregar material para ganar espacio o tiempo. Una variable tangible se intercambia por dos variables intangibles. Una manipulación operativa con energías.
Cantaba el poeta Mayakovski, vanguardista de la revolución, al cual está dedicada una de las más elegantes estaciones del metro de Moscú:
“Adelane,, mi patria
¡Muévete más rápido!
¡Vamos!
¿Barre con esa basura anticuada!
Con más fuerza, mi comuna
Golpea al enemigo,
Haz que muera
Ese monstruo, el estilo viejo de vida”.
Y cantaba un siglo antes aún el poeta nacional ruso Pushkin, a quien también está dedicada otra estación central del metro de Moscú:
“Ahora la templanza no es apropiada
Quiero beber como un salvaje escita”.
Por eso en Rusia las categorías de lo políticamente correcto en cualquier área, incluida arquitectura y urbanismo, pueden darse vuelta, subvertirse, en un santiamén.
En la actualidad la torre se encuentra en estado muy precario debido a la oxidación y de hecho es una infraestructura urbana obsoleta. Si se fueran a mantener todas las cosas que siempre existieron, la sociedad estaría momificada por siempre. En otros contextos se critica precisamente la realización de torres de infraestructura por violentar el entorno pre-existente. Así sucedió por ejemplo, a fines de los ´80 en Montevideo cuando la torre antena de Canal 4. En la URSS, Mijaíl Gorvachov desplegaba su Perestroika. En Uruguay, los estudiantes de arquitectura de la época realizábamos pintadas en el horrendo muro de bloques que separaba la base de la torre de la vereda de la principal avenida montevideana ridiculizando su ruptura de escala con el contexto. Claro, siempre puede decirse: -Pero eso es otra cosa! Una cosa es la torre de Canal 4 y otra la de Radio Moscú!.… Si y a la vez no. Es que comparar en este caso, no es reducir a la identidad, es precisamente ver lo común que puede haber en cosas completamente diferentes. Por otra parte los argumentos se pueden revertir: desde los altos de la Avenida Agraciada de Montevideo, la torre de Canal 4 se ve allá a lo lejos en un perfil bastante parecido al que uno ve la Shabólovskaya desde las Colinas de los Gorriones en Moscú. Pero hay otra torre montevideana que es un referente visual más antiguo. La torre del Canal 5. En la actualidad cuando se toma la Calle Garibaldi desde Bulevar Artigas se ve que ha sido rebanada en su remate. Ya no es aquella torre desde la que se emitía “Mi abuelito” en los ’60 y ’70, cuando uno volvía de la escuela. Y si uno se sienta en las canteras del Parque Rodó a mirar el contorno del centro de Montevideo, allende el mar, encuentra que falta algo en la cúpula del Palacio Salvo, monstruo ese sí, añejo y querido. Falta precisamente una torre. El Palacio ya no es más aquel de los días del liceo y de todo lo que vino después. Uno se siente extrañamente desposeído en el acto emocional de ver la silueta ciudad. Algún viento del sur le voló el jopo. Sin embargo la torre-antena en sus días fue un aplique “artificial” al edificio. Al fin de cuentas ¿por qué el Palacio Salvo habría de tener una torre encima?
Dando otra vuelta argumental aún: la Torre Eiffel también fue en su momento otro monstruo al que poco le importó el amable contexto parisino. Y quizá lo siga siendo, solo que los seres humanos nos acostumbramos a todo, incluso a los monstruos, que además pueden no ser tan malos como se dice. Sucede también que luego de mucho tiempo de convivir con ellos (los monstruos) se van dejando de percibir como amenaza y comienzan a formar parte del medio humano, esto es de la memoria, del pasado, de la identidad, ya sea a nivel de la sociedad, del barrio, o incluso a un nivel más íntimo, de la familia (también institución que, como decía Engels, no es eterna).
Ante la opción de destruirla o no, existen en este caso concreto alternativas y en particular tratándose de una torre. Una es convertirla en un mirador urbano. Se podría también contratar al botánico francés Patrick Blanc. Globalizar y banalizar así la Shábolovskaya. La estructura en malla de la torre parece ideal para colgarle enredaderas y plantas diversas. Se puede así lograr una torre “sustentable” y ponerla “al día” con hojaldres de “verde-paisaje”. También podrían ponerse materiales translúcidos con decoraciones barrocas impresas, que de lejos parezcan una trama y de cerca resulten hoces y martillos (las saillances y pregnances del matemático francés René Thom). Para colmo se podría incluso mejorarla en su “accesibilidad” y así estar a tono completo con la moda y el zeitgeist. Otra variante, que ya se está manejando en Moscú es sencillamente desmontarla y montarla en otro sitio, dejándola oscura y tranquila “en su pureza infantil de ingeniería” como cantaba el folclorista uruguayo en su guitarra negra. En última instancia es una infraestructura que fue colocada sin respetar ella misma en absoluto el contexto del momento. Pero se da también la paradoja de que ya es contexto y memoria en la actualidad. Y en todo caso gran parte de los rusos respetan el pasado comunista, incluidas sus expresiones arquitectónicas. Guste o no al resto del mundo. Por eso el tema no es de fácil solución y se presta para simplificaciones superficiales, en especial cuando hay pretensiones de posturas más morales que otras, de parte de los contendientes.
No cabe duda, a pesar de todo, que la Torre forma parte del imaginario colectivo moscovita como se insinúa en el presente trabajo con imágenes de distintos medios gráficos soviéticos a lo largo de distintas décadas del SXX.
En los últimos días (primavera rusa del 2014) la ciudad de Samara a orillas del Volga (ciudad de nombre Kyuvishev en la era soviética), ha propuesto hacerse con la torre. Incluso compiten por ello el Ministerio de Comunicaciones y el de Cultura de la Región de Samara. Se daría así una situación original y no muy frecuente. La torre Shábolvskaya, no se perdería como tal en cuanto a obra en sí. Volaría por los cielos de la estepa a lomos del mágico Lobo Gris de los cuentos infantiles rusos, hasta posarse más adentro de la Madre Rusia, a orillas del Volga. El mismo territorio sin fin que siempre les ha permitido replegarse y salvar situaciones imprevistas. Cierto que se perdería en cuanto a obra del patrimonio urbano moscovita. Pero Moscú desde siempre ha generado arquitectura que se repite hasta los confines del Imperio. En este caso sería curiosamente literal. Muy al estilo eslavo. Se esfuma la torre de un tablero pero aparece en otro. Un sacrificio que no es tal. Y la Santa Rusia no pierde su valiosa pieza que mueve en vertical.
Lo bueno para Moscú es que en cualquier caso el tema se ha hecho público.
Para otras torres de otros tableros lejanos puede ser bueno también. Si más no sea, para tomar conciencia de su presencia invisible.
Vladimir Grigorievich Zhújov_Ingeniero del Imperio Ruso y de la URSS
Vladímir Zhújov fue un ingeniero ruso nacido bajo los zares en 1853. Vivió hasta 1939.
Su carrera profesional se extendió por medio siglo, empezando bajo el reinado de los zares y siguiendo con éxito después de las revoluciones rusas de 1917.
La primera mitad de su trabajo se desarrolló bajo el reinado de los dos últimos zares rusos, Alejandro III y Nicolás II. Debido a su genialidad se convirtió en el principal ingeniero del Imperio Ruso.
Reaccionó al repentino cambio de poder de 1917 con pragmatismo, tomando la revuelta bolchevique de octubre como un hecho. No emigró del país y siguió dando sus esfuerzos profesionales a la nueva Rusia y a la nueva legalidad constituida.
Vladímir Grigorievich Zhújov. Nació en 1853, tres años después de la muerte de Artigas en el Paraguay y tres años antes de que se inaugurara en Montevideo el Teatro Solís. Era la época de la exposición internacional de Londres. En los días en que Haussman era nombrado prefecto de París y el Manifiesto Comunista de Marx y Engels hacía furor en Europa. Fue contemporáneo de José Batlle y Ordoñez (1856-1929), de Friedrich Nietzsche (1844-1900), de Máximo Gorki (1868-1936), de Aparicio Saravia (1856-1904),de Sigmund Freud (1856-1939), y de Lenin (1870-1924). También de José Luis Zorrilla de San Martín (1855-1931) lo que se aprecia en la llamativa similitud de sus fotos de la juventud con la misma indumentaria y corte a la moda del momento. En los tiempos que Saravia se alzaba en armas contra el gobierno de Batlle en el campo uruguayo, Zhújov realizaba sus puentes del transiberiano y algunos de sus más destacados tanques de agua. Cuando el derrocamiento del Zar Nicolas II y la posterior toma del poder por los bolcheviques, en 1917, Zhújov tenía 64 años y una gran experiencia profesional. En ese momento en el lejano Salto a orillas del río Uruguay nacía otro futuro y singular ingeniero, Eladio Dieste. Zhújov siguió trabajando para el poder soviético aún por dos décadas más. Murió en 1939 año de la invasión de Hitler a Polonia y comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Vladimir Zhújov es reconocido por ser el primero en aplicar en la construcción las estructuras paraboloides en metal. Patentó en la última década del SXIX un método constructivo para torres que permitía una gran economía de hierro y generaba elegantes estructuras en altura. Recientemente fue utilizada esa patente para construir la torre de TV de 600 m de altura en la ciudad china de Guangzhou (2010) construída por Arup. Otras importantes torres y edificios se inspiraron en la estructura de Zhújov: la torre de Sidney (1981),la torre en el puerto de Kobe (1963) de Nikken Sekkei, y Norman Foster en su construcción para la ex ciudad soviética de Astana y su edificio para Londres. En este último la forma ovoide no parece tener como referencia a las estructura de Zhújov pero el mismo Foster no lo oculta que sí lo tiene. Cuando se encargaba hace unos años de intervenir en la reforma del Museo Pushkin de Moscú cuya estructura fue también obra del ingeniero ruso, manifestó su asombro por la calidad de la misma y expresó que Zhújov era su “ídolo” y en él se había inspirado mucho.
Zhújov diseñó el primer oleoducto ruso de 800 km de extensión entre Bakú (Mar Caspio, Azerbaidzhán) y Batumi (Mar Negro,Georgia), y el oleoducto entre Grozny (Chechenia, Cáucaso ruso) y Tuapze (Mar Negro, Rusia), permitiendo de este modo que el petróleo soviético accediera al mercado internacional. Diseñó artefactos de extracción de petróleo y fue el primero en construir un generador de energía eléctrica por viento. Proyectó varios de los principales puentes del tren transiberiano, torres para tanques de agua y cables de alta tensión así como la mayoría de las estructuras en metal y vidrio de fines del SXIX para grandes espacios techados con vidrio en Moscú, el más representativo de los cuales son las tiendas GUM en la Plaza Roja. Realizó importantes trabajos estructurales de restauración de edificios de valor histórico en Moscú y otras ciudades de Rusia. Pero su obra más emblemática es la torre para la radio en el barrio proletario al sur del río Moscova.
En 1917 Lenin tomó el poder en Rusia. La radio resultó un poderoso elemento de agitación y propaganda de masas, y Vladimir Ilich lo comprendió rápidamente. El joven estado revolucionario necesitaba una poderosa antena que permitiera conectarle con los estados occidentales así mismo como difundir su propaganda. Como describe Richard Overy en su libro “Dictadores”, Rusia accedió muy tempranamente a la difusión radial, de hecho varios años antes que Alemania.
En 1919 , Lenin firmó un decreto para la realización de una torre de emisión. El proyecto inicial de Zhújov era el de una estructura de 350 m de altura. Unas decenas de metros más alta que la Torre Eiffel con aproximadamente un tercio menos de peso en toneladas de metal. La Torre Eiffel pesaba 8850 toneladas. Lenin respondió positivamente al pedido del Comisariado de Correos y Telégrafos para recurrir al valioso metal de hierro de las reservas militares ante la falta para la construcción civil.
La torre se convirtió pronto en símbolo de la emisión comunista moscovita e internacional del Komintern.
Zhújov, fue pionero en la experimentación con superficies de doble curvatura. Hubo muchos puntos de contacto entre su trabajo y el de Gaudí aunque no tuviesen conocimiento respectivo de sus trabajos.
Realizó a fines del SXIX una estructura para la exposición industrial y artística que se adelanta en décadas a las propuestas por Cedric Price.
En la década de 1920 influyó en la estética de destacados vanguardistas, entre ellos los hermanos Vesnín, el dibujante utópico Chérnikov y en particular Konstantin Mélnikov para quien realizó las estructuras de dos de sus famosos garages en Moscú. El Garage Bajmetievsky para autobuses Leyland y el garaje para camiones de la calle Novoriazanskaya. Las estructuras del ingeniero ruso permitieron a Mélnikov libertad total de planta para óptima maniobrabilidad de los vehículos. Algunos especialistas rusos consideran además que Mélnikov fue influido por el ingeniero Zhújov en la estructura de su propia casa, en particular en la forma de los vanos y llenos de las paredes y en la utilización de listones de madera para conformar una simple y compleja estructura de bajo coste, en los techos y pisos. Zhújov había trabajado y experimentado mucho también en estructuras de madera.
La torre fue erigida por un proceso constructivo también ideado por Zhújov. Las secciones entre los aros iban siendo elevadas desde dentro del aro mayor de base, posicionando primero los arcos de modo concéntrico.
Los primeros estudios internacionales sobre el valor cultural y artístico de la Torre los realizaron un equipo de soviéticos y germanos en los ´70 y ´80. Con la disolución de la URSS la torre comenzó a aparecer en las mejores guías de la arquitectura soviética. Y en los últimos años se comenzó a reclamar por su mantenimiento y resguardo. La revista Project Rossya publico importantes artículos en su momento y se constituyo en Rusia una fundación para salvar la herencia construida del ingeniero Zhújov.
En los ´90 se publicó en Alemania “Vladimir G. Suchov 1853-1939. Die Kunst der sparsamen Konstruktion.”, Rainer Graefe, M.Gappoev, O.Pertschi, Stuttgart, 1990), editado también en ruso.
Garage Bajmetievski para autobuses Leyland. Melnikov y Shújov. Moscú.
Garage de Melnikov y estructura de Shújov_ La foto está tomada en 2010 cuando los Garages de Melnikov fueron utilizados por el Centro Cultural “Garage”. En la actualidad la estructura del genial ingeniero sigue trabajando sosteniendo los techos de los Garages de Melnikov. Funciona en su interior el Museo Hebreo y el Centro de la Tolerancia. Se realizan exposiciones artísticas y culturales. En abril del 2014 se está realizando la exposición: “Los judíos y la vanguardia” (ver: http://www.jewish-museum.ru/) _Foto Marcel Blanchard
Grandes Tiendas estatales GUM en la Plaza Roja. Arquitecto Pomerantzev e ingeniero Zhújov._Foto Marcel Blanchard
Cúpula central de las grandes tiendas GUM en Moscú. Estructura de Zhújov que cierra con vidrios y hierro las “calles” entre las tiendas del shoping del SXIX_Foto Marcel Blanchard
En la era soviética no se festejaba la Navidad por ser un acontecimiento religioso. La fiesta era por el Año Nuevo. Se puede palpar el pulso de la evolución de la sociedad soviética a través de sus postales para las Fiestas de fin de año. Una característica muy original de los rusos en su época comunista fue el recurrir a lo que entendían las obras de la arquitectura de la ciudad más emblemáticas y significativas. Hoy estas postales son sociología viva cuando de entender la cultura y sociedades rusas se trata. Abajo en primer plano a la izquierda se ve al Abuelo Escarcha (Papa Noel) y tres juguetes simbólicos, un conejo y un oso, y el siempre respetado tren. Detrás del árbol de las fiestas coronado por la estrella roja y comunista (no la de Belén). Más atrás y gobernando la composición, se ve la torre de Zhújov emitiendo “en el éter” helado y nocturno, del invierno de Moscú Las ondas de la ciencia llevan Moscú y al mundo las buenas nuevas del socialismo soviético. De fondo la sólida presencia de la Universidad Lomonósov , uno de los 7 rascacielos de Stalin. La postal es de fines de la década de 1950.
Los sellos postales fueron muy respetados en los años soviéticos. Servían, como todos los medios gráficos, para legitimizar el discurso dominante. Para los pocos viajeros que podían llegar a la URSS, eran una de las compras más atractivas, aún en los años ´80, pocos años antes de la disolución de la URSS y de la aparición de la internet. Este sello de 1963 está dedicado al ingeniero Zhújov y su torre para la radio de Moscú. Se lee: ”110 años del nacimiento de V.G.Zhújov. Correo de la URSS”. (k4, es el costo: 4 kopeks, o centésimos de rublo).
Poster vanguardista de los 20: “Radio. De la voluntad de millones hacemos una sola voluntad”.
En el 2010 fue editada en ruso una gran colección de libros del especialista Ján Magomédov, cada uno de ellos dedicado a un destacado arquitecto, ingeniero o artista de la vanguardia soviética. En la imagen el libro sobre Zhújov.
Edición especial de la revista “Patrimonio de Moscú_Cultura urbana” , del año 2013, dedicada a las obras arquitectónicas más significativas del sector sur de la ciudad, editada por el Departamento de Cultura de la Ciudad de Moscú. Allí se puede leer: “Cada Moscovia conoce la Torre Shavolovskaya”. “La calle Shavolovskaya quedará por siempre unida a la Torre de Zhújov”.
Vista interior de la Torre Shabolovskaya_Foto Richard Pare. 1922
Tanque de agua de la exposición de 1896 en Nizhny Novgorod. La estructura en metal fue la primera construcción del ingeniero en la cual genero una “superficie” y silueta curva utilizando piezas rectas de metal. Luego de difundirse en occidente el almanaque y las fotografías de la Exposición se generalizó el uso del nuevo concepto. La altura de la torre (aún existente) es de 25,60 m y el tanque de agua que soporta tiene capacidad para 114.000 l. De este modo se alimentaba a toda la exposición. La solución fue un gran éxito por su estética, su fácil montaje y su economía de costes frente a los sistemas tradicionales al momento. La empresa Bari para la cual trabajaba Zhújov recibió seguidamente centenares de pedidos por todo el Imperio Ruso. Cada torre fue diseñada con el mismo sistema pero variando las proporciones.
La idea de dicha estructura, según sus biógrafos, se originó cuando el ingeniero quedó absorto mirando una cesta tradicional rusa de mimbre casualmente dada vuelta. La estructura funcionaba perfectamente soportando incluso peso adicional.
Pabellón central de la exposición de producción industrial y arte en Rusia de 1896 en Nizhny Novgorod. La cubierta está conformada por tensores metálicos recubiertos por placas de metal. Con este método constructivo Zhúkov consiguió bajar el coste a la mitad y revolucionó la tecnología y la estética. Los organizadores temían que la membrana no soportara el peso de la nieve de un invierno particularmente duro. Zhújov, confiado en su intuición y sus cálculos matemáticos, les tranquilizó: – Dejen que la nieve se deposite. La estructura funcionará. Me hago responsable de ello.
Estructura colgante para la exposición de industria y arte de toda Rusia. Pabellón lateral. Shújov patentó su sistema constructivo de hierro colgante en 1895. Permitía realizar estructuras de simple y doble curvatura, con gran economía de materiales y de tiempo. Según Graeffe, Doctor en filosofía austríaco y profesor de estructuras ligeras de la Escuela de Construcción de Insbruk, la patente de Shújov fue un punto de inflexión en la historia de las construcciones en metal adelantándose en 60 años a la proliferación del uso de este tipo de estructuras.
Colocación de las placas metálicas en la malla. 1896.
Plano original del ingeniero para el pabellón.
Vista exterior del pabellón central de la exposición de Nizhny Novgorod. La estructura metálica colgante fue recubierta por placas metálicas. Zhújov utilizó la geometría de la estructura metálica para definir ventanas hexagonales que permitían iluminación natural desde arriba. Algunos especialistas rusos (Tatiana Vinográdova en su trabajo en ruso sobre la obra ingenieril de Zhújov en Nizhny Novgorod), vieron en este sencillo mecanismo una influencia clara del ingeniero en Konstantin Mélnikov. Ingeniero y arquitecto trabajaron juntos en dos de los garajes de este último. Es innegable la influencia en las estructuras de madera de Zhújov en la solución constructiva que Mélnikov adoptó para su casa propia. También puede establecerse una relación entre el método de llenado y vaciado de la estructura para dejar ventanas, algo que Mélnikov realizó en las paredes cilíndricas de su casa propia. La estructura en ladrillo de formas hexagonales fue llenada o dejada como ventana según el mismo y sencillo método de diseño. Pero el hecho de que fueran formas hexagonales parece ser más bien una coincidencia. Mucho más evidente a nuestro entender es la influencia en la casa de Mélnikov de las construcciones para vivienda de los nómades kalmukos en la estepa, arquitectura también ligera que el arquitecto vanguardista en su momento, estudió muy de cerca en sus investigaciones sobre la arquitectura nacional de ese pueblo.
En una bicicleta que no se asocia en su época estética con membranas de doble curvatura. Zhújov comenzó su formación en San Petersburgo y la completó en Moscú. Dominaba el idioma francés, el inglés y el alemán, lo que le permitió acceder a las publicaciones extranjeras de vanguardia en su campo. Visitó los EEUU en 1876-77 para asistir a la Exposición Internacional de Filadelfia. En 1890 ya como ingeniero inventor consagrado asistió a la Exposición Internacional de París de 1890.De este modo los viajes desempeñaron un importante rol en su carrera. Su éxito profesional se debió a su talento como ingeniero e inventor pero también a su capacidad para las relaciones humanas. Frecuentó a los más destacados científicos rusos de la época, entre ellos al creador de la Tabla Periódica de los Elementos, el químico Dmítri Ivánovich Mendeléyev (1834-1907).
Dibujos originales para la estructura colgante de 1896 en Nízhny Nóvgorod.
Tanque de agua en la ciudad de Polívino. Zhújov logró una gran potencia expresiva con sus estructuras para torres, tanto en la estructura propiamente dicha como en las escaleras interiores para acceder al punto más alto.
Tanque de agua. Polívino.
Faro Stanislavsky. Río Dniépr cerca de Herzog. Ucrania. 1908. Altura: 68 m. Fue destruido en el curso de la invasión alemana a Ucrania en la Segunda Guerra Mundial.
Tanque de agua. Kolomá. 1902. Altura: 36,5 m. capacidad 120.000 l. Las torres para tanques de agua a menudo se situaban cerca de edificios antiguos en distintas ciudades y centros poblados de Rusia generando un efecto impactante para los contemporáneos. La modernización era algo bien visto y no preocupaba especialmente el tema del “contexto”.
Tanque de agua. Yaroslav. 1904. Altura:17 m. Capacidad 120.000 l.
Apoyos de cables de alta tensión sobre el río Oká.1927-29 El ingeniero Zhújov utilizó aquí la misma solución que había aplicado en la Torre Shabólovskaya de Radio Moscú. _ Foto Kazusya 1989
Vista interior de una de las torres de alta tensión en el río Oká. Foto Raskálov
Primera estación eléctrica de viento en el mundo. Diseño de Zhújov. Crimea. Construida en 1937.
Estructura en madera para la cubierta de un depósito de petróleo. Batumi 1891-96. El “low-tech” utilizado por Zhúkov para suplir al metal. En Rusia la madera era un material muy utilizado en la construcción desde siempre. Aún a principios del SXX era el material más extendido incluso en obras de ingeniería, debido a la escasez del hierro. Zhújov experimentó mucho y fue uno de los pioneros de la combinación de madera y metal para salvar grandes luces. Utilizó la madera para acueductos y oleoductos y para complejos sistemas de andamios.
Todas las estructuras en metal de Zhújov son de hecho factibles de ser realizadas también en madera.
En estos experimentos del ingeniero ruso son los que algunos especialistas consideran que Mélnikov se inspiró para la estructura del techo y piso intermedio de su propia casa, teniendo en cuenta además la admiración que sentía el arquitecto por el ingeniero y su estrecha colaboración profesional durante los ´20.
Puente sobre el río Tom para el tren Transiveriano. 1898-99. Zhújov proyectó 417 puentes por toda Rusia. Muchos de ellos para el recorrido del tren Transiveriano, la única línea terrestre que une a Rusia en sentido longitudinal a través de sus 9 husos horarios.
Puente sobre el río Kitoy para el tren Transiveriano. 1898. Zhújov tomó como base de partida para sus puentes la ingeniería alemana del momento. Pero debido a la escasez crónica de hierro de Rusia en esos días, buscó mediante cálculos matemáticos la mayor optimización en el uso del material. Generó así estructuras sobrias y elegantes.
Puente sobre el río Usháika para el tren Transiveriano. 1898-99.
Para el proceso constructivo de los puentes, el ingeniero desarrolló un sistema de andamios e madera que se apoyaban en la superficie congelada de los ríos durante el invierno ruso, permitiendo montar más fácil y rápidamente la estructura metálica. Durante la Primera Guerra Mundial sus conocimientos e inventiva fueron utilizados en la ingeniería militar rusa.
Los distintos tramos de la Torre Shabólovskaya, posicionados de modo concéntrico antes de ser elevados.
La Torre Shabólovskaya detrás del complejo experimental de viviendas realizado en 1926-27 , la vivienda comunal experimental (Dom Kommuna) de los arquitectos Volfenzon, Aizikovich y Vólkov.
Foto muy poco conocida en la que se ve la torre Shabólovskaya detrás de las cúpulas de la catedral del Monasterio Donskói
Soldado Rojo y la Torre de la radio del Komintern_ Composición de El Lissitzky. 1929
La torre en la actualidad_Foto Marcel Blanchard
*Escribimos el apellido del arquitecto en español con la letra “Z”, Zhújov. Pero puede traducirse también como Shújov. El apellido en ruso es Шухов, y la letra Ш del alfabeto cirílico, así como su sonido, no tiene correspondiente preciso en el alfabeto latino.
Las fotografías de época están tomadas del libro “ШуховВ.Г. 1853 – 1939.Искусствоконструкции” . Грефе Райнер
Bibliografía utilizada en este trabajo:
- “Шухов В.Г. 1853 – 1939 Искусство конструкции”. Грефе Райнер
- “Владимир Шухов – Творцы авангарда”. С.О. Хан-Магомедов
- Project Rossya N° 53.
- “Heritage at Risk- The soviet Heritage and european modernism”. Berlín 2006.Jörg Haspel, Michael Petzet, Make Zalivao and John Ziesemer.
- Москва 1890-1991. Путеводитель по современной архитектуре. Алессандра Латур
- “Архитектура Москвы. Путеводитель”. Наталья и Анна Броновицкая
- “Melnikov. Solo Architect in a Mass Society”. Frederick Starr