No deja de asombrarme el éxito de taquilla de “Torrente: Lethal Crisis (Crisis letal)” aunque fuera previsible, camino de batir todos los récord del mercado español… y de salvar a una industria llorona y subvencionada. No conozco a nadie que haya dicho que es una buena película, sino lo contrario: no la he visto, pero basta con el tráiler para ver su factura, contenido y pretensiones… Todos reconocen que es un “bodrio”, “basura”, “chabacana y cutre” o “zafiedad en grado sumo”, “vulgar y sin gracia”, “con una sucesión de cameos que dan vergüenza ajena”, y además “racista e intolerante”… por escoger algunos de los calificativos que le ha adjudicado la crítica. Alguno ha dicho que tiene momentos divertidos y casposos, y que las escenas de acción están bien rodadas, e incluso que retrata la España más castiza y de barrio… Pero ¿de verdad podemos identificarnos con lo que muestra (aunque se acepte su versión caricaturesca, exagerada y grotesca)?
Además de sorpresa, el aluvión de espectadores que ha cosechado me causan cierta preocupación porque… ¿tan mal está el país, en cuanto a dignidad se refiere?, ¿tan poco exigente es el espectador español, sumido en una cultura televisiva de baja estofa?, ¿es que hay gente empeñada en que el ciudadano siga con encefalograma plano y sin sentido crítico? ¿podemos admitir que los sentimientos y emociones puedan quedar enterrados en la tosquedad y el sexo gratuito?, ¿puede alguien encontrar autocomplacencia en el espíritu gamberro y chusco de la serie? Un amigo me dice que no va sólo gente de barrio a ver a Torrente –no sé qué visión tendrá de esa gente de barrio–, y que me llevaría una sorpresa si quienes han sacado una entrada para verla fueran más sinceros y lo reconociesen: en ese supuesto, ¿tan poca personalidad tendrán para diluirse en la manada? ¿o se tratará más bien de falta de sensibilidad y de buen gusto?
En cualquier caso, me da mucha pena que “Torrente” pueda ser el espejo (aunque sea deformado) del país y de nuestro cine, que Santiago Segura saque a flote a la industria de esta manera… porque no todo vale para salir adelante. Sin embargo, tengo que reconocer que nadie sabe vender el producto como él, que como trabajo de marketing se merece todos los elogios… pues su campaña de promoción poniendo al descubierto su esencia sin tapujos, llenando revistas y haciendo entrevistas, riéndose de todo y dando siempre un paso hacia adelante donde otros se frenarían… es ejemplar. Porque Segura explota como nadie las miserias y bajezas del individuo, y quiere hacerlo con distanciamiento y humor, cuando no vendiendo cutrez y lo desagradable. Y eso supone una inteligencia y un conocimiento del terreno que pisa, lo mismo que una carencia de criterios éticos o morales para llevar a término su parodia. Lo suyo es una sociología barata y una labor de promoción de la que otros deberían aprender.
Como película, “Torrente” no resiste la más mínima crítica, y el único estudio que podría hacerse sobre ella es de marketing industrial y de sociología del país. Tenemos lo que merecemos. Que no se quejen los que han sacado una entrada por cómo está el país… o nuestro cine.
En las imágenes: Fotogramas de “Torrente 4: Lethal Crisis (Crisis letal)”, película distribuida por Warner Bros. Pictures International España © 2011 Amiguetes Entertainment, Bowfinger, Antena 3 Films y Warner Bros. Pictures. Todos los derechos reservados.