El triunfo de España no sirvió únicamente para que los dirigidos por Del Bosque se consoliden como el mejor equipo de los últimos tiempos a nivel selecciones, sino que también significó, para uno de sus protagonistas, la reivindicación de una temporada en el que las cosas no le han ido nada bien.
La alegría de Torres, se reivindicó sobre el final de una temporada negra
Porque si nos remontamos al mes de marzo, Fernando Torres llevaba 5 meses sin convertir ni un solo gol, una sequía eterna para un delantero como él. El desahogo llegó en el partido ante Leicester por la FA Cup, al que le marcó en dos oportunidades. En ese lapso, incluso, se empezó a especular sobre una no convocatoria para la Eurocopa, cuando se ausentó en los nombres para el amisotoso ante Venezuela.
El gol del “Niño” ante el Barcelona en semifinales y el título conseguido por el Chelsea ante el Bayern Munich, dieron punto final a una temporada para el olvido en la que concretó solo 12 goles en 46 encuentros, la más floja de toda su carrera. De todos modos, Del Bosque apostó por él e igualmente lo incluyó entre los 23 citados.
Sus dos tantos ante Irlanda y el de esta tarde ante Italia lo posicionaron cabeza a cabeza junto a Mandzukic (Croacia), Balotelli (Italia), Dzagoev (Rusia), Cristiano Ronaldo (Portugal) y Mario Gomez (Alemania) en la tabla de goleadores. Lo que le terminó otorgando la Bota de Oro fue la asistencia a Mata en el cuarto tanto de la Roja, ya que por ser el que otorgó mas pases gol fue el beneficiario del trofeo.
Un cierre felíz, para una temporada negra. En el medio de la alegría, detalló:
Siempre que se gana se quiere más y somos realistas de que esta generación es joven y vienen otros jugadores importantes. Creo que hay cuerda para que la Selección aguante otro rato en estos lugares”