Torrijas

No sé ni el tiempo que hacía de la última vez que hice torrijas en casa. No me refiero a que hiciera años que no las comía porque mi madre nos las prepara cuando vamos a verla. Sin embargo, y a pesar de que me encantan, no sé por qué les saco la vuelta. Ahora que he vuelto a hacerlas, creo que retomaré la buena costumbre. Las torrijas corresponden a esos sabores de infancia que se conservan en algún lugar de la memoria. Olores, texturas, sabores de tradición, de familia, de años atrás.

Como su consumo es típico de Cuaresma o Pascua, te las dejo aquí por si quieres seguir manteniendo vivas las tradiciones o simplemente darte un gusto ahora que todos tenemos unos días libres para pasar más tiempo en la cocina.

No hace falta más que una buena barra de pan del día anterior,  a rebanadas, con bastante miga que empape el resto de ingredientes, leche, azúcar, huevo y canela. Las cantidades son aproximadas, pues mucho depende de lo que absorba el pan.

Ingredientes

• 12 rebanadas de pan del día anterior (éste que he usado es de espelta y sarraceno, pero sirve cualquier con buena miga)
• 500 ml de leche
• 1 rama de canela
• Cáscara de medio limón
• 5 cucharas de azúcar
• 2 huevos
• Canela y azúcar para decorar
• Aceite de oliva (para freír)

Pon a hervir la leche junto con el azúcar, la rama de canela y el limón. Retira del fuego y deja que se terminen de infusionar los sabores antes de bañar el pan.

Moja cada rebanada durante 12-15 segundos. A continuación, pasa por huevo batido y fríe en abundante aceite muy caliente hasta que estén doradas por ambas partes.

Deja secar sobre papel de cocina para que no tengan mucha aceite, espolvorea con azúcar y canela en polvo al gusto y sirvelas calientes.

Es un manjar que se hace en minutos y que suele ser del gusto de todos.

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