Revista Cocina
Las hice ayer por la tarde, un poco más y me quedo sin probarlas este año. Son las que hacía mi madre de toda la vida aunque les di un toque de naranja que me gustó. Seguro que ella se habría llevado las manos a la cabeza... era demasiado tradicional: "Las torrijas son así de toda la vida y hay que hacerlas así siempre". Este post se lo dedico a ella que nos dejó hace muy poquito.
Ahora no se por qué las tomamos sólo en Semana Santa...
Ingredientes:
- Pan de barra (de un par de días)
- Miel
- 1 naranja grande
- canela
- Vino
- Huevos
- Aceite de oliva
Elaboración:
Cortamos el pan a rodajas gorditas. Ponemos a calentar el vino con una rama de canela y la piel de la naranja un par de minutos. Retiramos y dejamos reposar hasta que esté casi frío.
Calentamos la miel y añadimos agua hasta que nos quede un almíbar ligero.
A continuación vamos mojando el pan en el vino y los colocamos en un plato.
Batimos los huevos y rebozamos el pan. Los freiremos hasta que queden dorados, dejando que tomen "cuerpo" para darles la vuelta. Una vez fritos los pasamos por la miel y los vamos colocando en una fuente y les ponemos la miel que nos ha sobrado.
Mientras iremos dándoles la vuelta para que se empapen bien.