Revista Recetas
Me ha costado hacer y subir esta receta, como muchas otras que hacía mi madre, tradicionales, de casa, de siempre. Cosas de la nostalgia, que significa el dolor por volver, por el regreso. Hacerlas me hace sentir que la casa de la que procedo se deshizo, ya no puedo regresar si no es en el recuerdo. Menos mal que todavía no se ha abierto el azahar porque la situación se volvería insoportable. Seguir y renovar la tradición es una buena manera de honrar a los que ya no están.
Las torrijas de mi madre eran célebres, para San José y Semana Santa, siempre había y había a montones, porque eran muchos amigos y parientes los que venían a tomarlas a la inmensidad de la cocina de mi madre. Yo soy más de torrijas de leche, como ésta receta que subí hace ya algunos años.
Por cierto que cuando estaba fotografiando las torrijas recién enmeladas tenía la ventana abierta y entraron como 8 o 10 abejas, esta compañía es algo que me entusiasma cada vez que hago dulces de miel.
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