En primavera abundan estas verduras en la Sierra Norte de Guadalajara y antaño, el pueblo que es sabio (y que durante siglos practicó una economía de subsistencia) aprovechaba para variar su menú. Algunas se cocinaban en potajes y cocidos; otras se tomaban rehogadas, sin más acompañamiento que la hogaza de pan. Pero cuando se podía, se hacían tortilla o revueltos; cada familia tenía gallinas en el corral para autoconsumo. La diversidad de verduras y el saber popular originaron infinidad de recetas. Según el tipo de verdura, antes de pasarlas por los huevos batidos, requerían un tratamiento diferente:
Los cardillos, collejas y pucharacas (espinacas) han de hervirse con agua y escurrir bien. Espárragos trigueros, mocosos, sarceros, … han de pasarse por la sartén para dejarlos tiernas. Algunos resultan poco apetecibles si no se combinan con la patata (tortilla al gusto), como capirotes y colmenillas. Pero todos combinan bien con este tubérculo, incluso mezclándolas.
Estas recetas desaparecieron con la despoblación, si bien todavia se practican en nuestros pueblos. Hoy son delicatessens, que algunos bares ofrecen como tapas y restaurantes serranos incluyen en su carta. Si te las ofrecen, serás afortunado. Ya me lo agradecerás.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.