Revista Cocina
Una receta que aporta muchas vitaminas siendo un postre; esta receta era de mi madre, con ella crecí y con ella mis tiburones...crujiente por fuera y cremosa por dentro, una delicia al paladar...La tradicional lleva azúcar, yo le pongo miel que le aporta vitaminas y es más sana.
Ingredientes:
750 gramos de calabaza
3 cucharas soperas de miel
7 cucharas soperas de harina de postre( es la que ya lleva levadura incorporada, sino, le ponemos)
1/2 rama de canela
1 limón
1/2 tapón de anís
Aceite de girasol
Elaboración:
En un caldero ponemos la calabaza , pelada y cortada, con la mitad de la piel de un limón, la rama de canela y agua para cubrir la calabaza durante unos 20 minutos a fuego lento hasta que la calabaza esté hecha
Cuando ya esté hecha la calabaza, retiramos la canela y la piel del limón, quitamos el agua restante y rallamos la piel del limón restante sin coger la parte blanca que da amargor, agregamos la miel que con la calabaza caliente se derrite bien ; yo usé miel de flores, es de muchos frutales lo que le aporta un sabor único que se hace en la finca de mis abuelos.
Agregamos la harina y con la batidora ligamos; incorporamos 1/2 tapón de anís ( si hay críos no lo incorporamos, coceremos anís estrellado con la calabaza ) y quedará una masa semi espesa para ya freír.
En una sartén ponemos el aceite de girasol a fuego medio/alto, no he usado aceite de oliva ya que enmascara el sabor de la tortita.
Las ponemos en un plato con papel absorbente y ya pasamos a emplatar
Presentación: En plato individual ó en plato para compartir las pondremos de manera armoniosa