Muchas veces solemos deciros que no hay nada como una buena tarde rodeados de buenos coches y buenos amigos. En esta ocasión más que una tarde fue un día entero rodeado de buena gente y unos coches impresionantes, todo empezó sobre las 8:30 de la mañana de un domingo, cuando salí desde una localidad cercana de Barcelona hasta llegar y reunirnos con el resto del grupo en un punto determinado de la geografía tarragonina. La cosa prometía... ¡Pero no tanto como al final fue!
Drift controlado, buena ruta y una comida a las 3 de la tarde que nos supo a gloria
Si sois asiduos a este mundillo, me confirmaréis que un viaje por autopista con amigos en otros coches nunca se hace aburrido, ya sea porque os sentís acompañados o por lo que queráis. Nosotros nos divertimos mucho tomando unas instantáneas de los que allí estábamos dirección sur a velocidad crucero.
La iluminación del amanecer ayudaba, y claro está los modelos también. Como veis había mucha variedad y no todos eran coches con las ruedas motrices atrás.
Hicimos un alto en el camino para asegurarnos que todos podíamos cubrir el gran kilometraje, y porque no, alimentarnos con cosas tan sanas como bebidas energéticas con alto contenido en cafeína, unas patatas con sabor campesinas... Lo que se denomina un rico y salubre desayuno.
Una vez reunidos en el punto B, empezamos a planificar lo que iba a ser el día. y luego volvimos a poner rumbo por carretera al punto acordado. ¡Como no, volví a aprovechar para fotografiar unos cuantos coches más!
Allí estábamos, propiedad privada, coches en marcha y un par de curvas que no llegaban a ser carretera abierta así que... ¿Porque no poner en práctica las habilidades?
Allá vamos, yo tampoco perdí la oportunidad de ver como era la cosa de hacer un par de curvas en tandem de copiloto en el S14 con el S13 delante. Increíble.
Alguno más se animó aunque tampoco queríamos liarla mucho a pesar de propiedad privada, nunca sabes que cosquillas pueden buscarte. Tengo que decir a favor de este deporte, que en muy pocos sitios se deja practicar y que en los pocos que se puede no se conceden permisos, y claro no es plan de ir cometiendo ilegalidades por ahí.
Continuando con la ruta, planificamos subir muy tranquilamente el tramo que el WRC utiliza para el Rally Costa Daurada llamado La Mussara. Una carretera increíble, para disfrutarla viendo el paisaje, las entradas de luz que proporciona la vegetación y los terraplenes que bordean la carretera. ¡Alucinante!
No todo consiste en hacer una carretera lo más rápido que se pueda, sino disfrutarla en todos los sentidos. Por encima de todo hay que respetar distancias, velocidades, prioridades... Son carreteras para no correr, y menos un fin de semana, pueden haber familias que vayan a pasar el día a la montaña, ciclistas que te aparecen en el lugar menos esperado... ya sabéis.
No todos los integrantes de este touge party eran japoneses, este bonito E30 fue un buen rato por delante nuestro y, claro, ¿Cómo privarte de hacer una bonita instantánea con baja velocidad de obturación y una bonita entrada de luz creada por el sol?
Otro de los problemas que podéis encontraros es éste, y mejor que sea de esta forma. Tiene que ser angustioso pasar por una carretera de montaña y ver como se desprenden piedras sobre tu coche... Afortunadamente esto había pasado antes que nosotros pasaramos por ahí y entre tres personas, incluido el que os escribe estas líneas, pudimos mover las rocas para continuar y no tener que dar una fastidiosa vuelta.
Lo cierto es que a final de diciembre no apetece pararse a hacer un alto en el camino y descansar, y menos a cientos de metros sobre el nivel del mar. Y aún menos si se ha sido tan inteligente como yo, que estaba en ese preciso instante en manga corta.
Tardamos poco en retomar el camino, pero algunos problemas de embrague nos retuvieron en alguna intersección...
Al llegar al restaurante observamos como uno de los S14 había tenido un "problemilla" aunque nada importante que no se arregle en unosminutos. Con una comida muy copiosa por cierto y unas buenas risas decidimos salir con el atardecer a un sitio cercano donde no molestara la presencia de al menos 15 coches si no eramos más.
Y en un visto y no visto, anocheció. Debíamos recorrer más de 120 km para llegar a casa, así que hicimos unas últimas fotos y volvimos tranquilamente tras haber disfrutado de un domingo espectacular rodeados de buena gente. ¿Vosotros tenéis costumbre de hacer estas cosas? No os cortéis y comentarnos aquí abajo anécdotas graciosas, ¡A todos nos encanta oírlas y compartirlas!