Revista Ciencia

Tour fotográfico casero

Por Guillermo Garcia-Sauco S. @guillesauco
    Hoy, antes de comer, a la hora de la siesta del borrego, decidí desenfundar mi cámara y explorar mi propia casa, desde la terraza hasta el patio, a ver qué me encontraba. Es sorprendente la cantidad de vida que uno puede encontrar alrededor, incluso en los lugares más inverosímiles, y por esto, un naturalista nunca dejará de sorprenderse con las idas y venidas de los estorninos del tejado, tanto como si se tratasen de buitres leonados congregándose en torno a un cadáver de cuadrúpedo en un muladar. Incluso en invierno es posible encontrar seres sorprendentes muy cerquita de nosotros, en nuestro propio hogar.    Desde la ventana de mi habitación, hoy he podido contemplar un grupo de gorriones comunes (Passer domesticus) que merodea siempre en torno a mi casa, porque saben que siempre pueden encontrar comida, agua y refugio en el patio. Había dos machos, con su espléndido plumaje de invierno, asoleándose al borde del tejado de la casa de al lado, acompañados de algunas hembras.

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Gorriones comunes (Passer domesticus), machos.

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Gorrión común (Passer domesticus), hembra.

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Gorrión común (Passer domesticus), hembra.

    De mi habitación he subido a la terraza, a ver si pillaba algún estornino con la cámara, pero no ha habido esa suerte. De hecho, lo único que he visto han sido los gorriones y he oido una lavandera blanca reclamando. Sin embargo, me he entretenido con los líquenes que crecen sobre las tejas...

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No estoy muy puesto en líquenes, pero puedo distinguir al menos tres o cuatro tipos diferentes en la imagen.

    Los líquenes crustáceos, es decir, aquellos que crecen fuertemente unidos al sustrato (roca, madera, etc.) son, muchas veces, los primeros colonizadores visibles en cualquier estructura expuesta a los elementos. Crecen de forma marginal, extendiéndose y cubriendo amplias zonas. En ocasiones se solapan varias especies, creando un espectáculo visual a pequeña escala digno de admirar.     Sobresaliendo entre el mar de tejados de mi alrededor, pude observar varias especies de árboles, como el olivo (Olea europaea), la higuera (Ficus carica), el almendro (Prunus amygdalus), el árbol del paraíso (Eleagnus angustifolia), el pino carrasco (Pinus halepensis), que es el árbol más plantado en esta zona de Albacete, y el piñonero (Pinus pinea).

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Semillas de ailanto (Ailanthus altissima).

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Joven pino piñonero (Pinus pinea) asomando tras los tejados.

    Hacía un poco de fresco y aparte de líquenes no había mucho más que ver, así que me he dirigido al patio. En el ramaje del joven olivo del patio, una langosta mediterránea o anacridio (Anacridium aegyptium) tomaba el sol. Este mismo anacridio, lo rescatamos el otro día de la puerta de la calle, llevaba varios días allí y antes de fin de año lo metimos al patio para que no muriera aplastado en caso de ser descubierto por algún transeúnte insensible.

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El anacridio es de los pocos saltamontes observables en esta
zona de Albacete en pleno invierno.

    Algunos arbustos de floración invernal como el romero o el durillo ya abrían sus capullos y algún zumbido distraido de moscardón ya sonaba bajo el sol de enero. Entre ellos, los frutos del arrayán (Myrtus communis), también llamado mirto o murta, que llevan maduros desde verano casi, pero ahí siguen. 

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Frutos de arrayán (Myrtus communis).

    Finalmente, en una parte más sombría, he descubierto dos caracoles, ambos bastante comunes en zonas urbanas.

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Un "boquinegro", puede que Otala lactea. 

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Caracol común de jardín (Helix aspersa).

    Tal vez hoy no era el mejor día para "bichear", y a lo mejor si hubiera salido a la calle, habría encontrado más especies, pero simplemente me apetecía mostraros que incluso en nuestro hogar, en pleno invierno, junto a nosotros, encontramos decenas de especies bastante comunes que puede que lleguemos a minusvalorar. ¿Quién no está acostumbrado al incesante gorjeo de los gorriones? ¿Quién no ha observado alguna vez los caminitos plateados que dejan los caracoles a su paso por paredes, macetas y suelos por la noche? La naturaleza está ahí y debemos aprender a observar y entender, no solo a mirar. Solo así podremos entender que todo está conectado, todas y cada una de las especies del planeta Tierra estamos conectadas en el tejido de la vida.

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