Revista En Femenino

Toxocariasis en los niños

Por Pequelia @pequelia

Parásitos de animales

La toxocariasis es una infección causada por dos tipos de nematodos parásitos de perros (Toxocara canis) y gatos (Toxocara cati), estos parásitos no tienen al ser humano como huésped definitivo, por lo que al no poder madurar sus larvas, migran erráticamente por todo el cuerpo causándole toxocariasis. Esta enfermedad afecta sobre todo a los niños de entre 2 y 7 años de edad y la razón es simple, son el grupo que más objetos se meten en la boca, objetos que han podido estar en contacto con los animales de compañía.

Esta infección zoonótica (enfermedad que se transmite de animales a seres humanos) puede ocurrir en cualquier lugar del mundo, aunque su incidencia es mucho mayor en los países tropicales y en las áreas rurales. Los niños que sufren la infección en principio no muestran ningún síntoma, pero en el caso de presentarlos, pueden ser respiración sibilante, tos, fiebre, dolor abdominal, adenopatías, falta de apetito, inflamación del bazo o del hígado, encefalitis, epilepsia, meningitis, etc.
Como decíamos, las larvas migran erráticamente y es posible que afecten a los ojos, en este caso pueden provocar en los niños una reducción de la vista, inflamación de los ojos o bizquera. Si la infección no se trata puede ocasionar graves lesiones en la retina causando retinitis y pérdidas de la visión por el desprendimiento de la retina. La toxocariasis puede ser tratada con fármacos como el mebendazol, especial contra las infecciones causadas por parásitos.

Aquí nos explican que en los casos más graves se utiliza el tiabendazol (compuesto químico con propiedades fungicidas) o el albendazol (fármaco especial para tratar este tipo de enfermedades causadas por parásitos), pero en el caso de que afecte a los ojos, el hígado o los pulmones, se suele utilizar quimioterapia, tratamiento habitual contra el cáncer. En la mayoría de ocasiones la toxocariasis no se diagnostica y no provoca problemas, algunos casos se detectan durante una revisión ocular habitual o a través de una radiografía realizada por otro motivo.

Perros y gatos pueden tener este parásito en sus intestinos, estos gusanos ponen huevos que se eliminan a través de las heces de los animales, pudiendo contaminar cualquier área del hogar donde puedan jugar los niños. El hecho de que los niños (cuanto más pequeños mayor es el riesgo) se lleven cosas a la boca incrementa significativamente la probabilidad de que los huevos acaben en el aparato digestivo, posteriormente los huevos eclosionan y las larvas atraviesan las paredes del tubo digestivo migrando hacia las áreas antes indicadas.

En el momento en el que se detecta la infección es necesario que los niños sean tratados, pero además hay que tratar a los animales de compañía y extremar la higiene en manos y cuerpo. Los perros callejeros tiene un alto riesgo de estar infectados por el parásito, por lo que no es una buena idea que las personas los toquen, por muy simpáticos que parezcan. Esta infección no se contagia entre humanos, por lo que si un niño sufre toxocariasis no hay que preocuparse de que pueda contagiar a algún miembro de la familia.

Los niños pequeños tienen debilidad por las mascotas y no es nada malo siempre que el animal esté en perfectas condiciones higiénicas y se realicen periódicamente revisiones que garanticen que no tiene parásitos.

Foto | donnierayjones

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