Recuerdo la Operación 90 a la Antártida y este tractor de nieve (Snow-Trac) de Matchbox me remitía a las gélidas tierras del sur del planeta. Cosas de chico que le gustaban esos “autitos de colección” de los años sesenta. También imagino la cantidad de juegos que habrá provocado.
Juegos que se desarrollaban sobre la colcha de planchar en la mesa libro del comedor de mi casa de la infancia. Ahí donde los Matchbox se convertían en los reyes de la mesa. La gran compañera de esos juegos era la imaginación. Sin ella no era posible que esos diminutos autos cobraran vida.
El Snow-Trac de Matchbox, de color rojo, está en bastante buen estado de conservación. Lo único que la goma, que simula la oruga, del lado izquierdo, está cortada. El paso del tiempo hizo que la goma se resecara. En cambio del lado derecho está entera, aunque también está reseca.
Claro que hay que tener en cuenta que la pieza tiene más de 50 años, desde que salió de la planta de Lesney Products & Co. Ltd. de Gran Bretaña. Estimo que este tractor de nieve es de mediados de los años sesenta. Siempre están atentos los coleccionistas de Matchbox para aportar más datos.
Es otro de estos “autitos de colección”, de mi infancia, que tiene enganche de remolque. Otro más para agregar a la lista. Ya publicaré una nota con todos estos Matchbox, de todo tipo, que trajeron su gancho para un remolque, o tráiler.
El Snow-Trac tiene su caja de cartón original tal como llegó a mis manos cuando era un chico. Ese chico que vivía en el barrio de Recoleta, a la vuelta de la Librería San Agustín. La pieza tiene algunas cachaduras en su pintura productos de los juegos infantiles.
Porque para eso se habían ideado estos Matchbox, para jugar. Para poder llevarlos en el bolsillo del pantalón, por eso el tamaño de la caja de los “autitos de colección”. Siempre me pregunto si los que diseñaron estas piezas tenían idea de lo que generarían en los chicos.
Los Matchbox pasaron a ser algo más que un mero juguete. En algunos despertaron el interés por los autos de verdad, mientras en otros pusieron la semilla para el coleccionismo. Ni hablar de los adultos que compraron “sus” Matchbox de la infancia, luego que los años se los tragara vaya ha saber dónde.
La pasión que despiertan a lo largo de todo el planeta es realmente para estudiar. Porque insisto: fueron simples juguetes. Bien hechos y respetando, bastante bien, el vehículo original. Al menos cuando era chico. En los años sesenta y setenta los Matchbox tenían entre sus piezas autos, camionetas o camiones reales.
Uno podía tener en la mano un vehículo que podía ver pasar por la calle de su casa. Eso siempre ha tenido un enorme valor para un chico. No es fácil describir esa sensación de tener “ese” auto que vimos a la vuelta de la esquina dentro de una caja de cartón.
Más si hablábamos de un tractor de nieve, que seguro no pasaría por la puerta de nuestras casas, a menos que viviríamos en una zona donde nevaba abundantemente en el invierno en nuestro país. De lo contrario era un vehículo raro al alcance de nuestras manos.
Para los que tengan ganas de ver todos los “autitos de colección” del “Garaje Miniatura”, les dejo el enlace con la página donde están todas las notas publicadas hasta la fecha:
http://archivodeautos.blogspot.com.ar/p/garaje-miniatura.html
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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