“La vida me ha dado duro. Podía haber sido vulnerable y acabar pegándome un tiro, o mirar al cielo y crecer. Elegí lo segundo”. Así, con esa valentía decidió afrontar y vivir la vida Manolo Preciado. En 2002, perdió a su mujer como consecuencia de un cáncer. Tres años después murió un hijo de 15 años en un accidente de motos y, el año pasado, falleció su padre al ser atropellado mientras empujaba un auto en la calle. Con este querido entrenador español MuyFútbol da comienzo a su nueva sección: Tragedias del fútbol.
La fuerza de voluntad y los deseos de continuar lo llevaron hasta un nuevo desafío: devolver al Villarreal a la Liga de Fútbol Profesional española. Ya había acordado su arriba y mañana debía firmar el contrato y presentarse ante sus nuevos dirigidos, pero esta mañana un paro cardíaco le dijo basta a su corazón y Manolo, a los 54 años, se marchó al reencuentro de sus seres queridos.
Su muerte causó conmoción en una España que permanece estupefacta, inerte ante el dolor de la noticia. Las muestras de afecto y condolencia se multiplicaron a medida que transcurrió el día. Una de las más significativas fue quizás la de José Mourinho, quien le dedicó una carta abierta. “No soy nadie para pretender ensalzar la vida de Manuel Preciado, que se ha partido en mil pedazos. (…) Manolo siempre fue un rival digno, al que descubrí bien cuando se acercó a visitarnos, el pasado mes de marzo, a la Ciudad Real Madrid, en Valdebebas. Él tenía todo aquello que me gusta de las personas y de los deportistas: carácter, transparencia y valor para luchar contra los golpes, que fueron cruelmente duros en su caso”, escribió el técnico del Madrid.
En Villarreal la tristeza pasa a ser más profunda. De la honda ilusión generada a sabiendas de la llegada de una persona íntegra y un profesional capacitado al vacío, al desencanto, a la nada en cuestión de horas. Fernando Roig, presidente del “Submarino Amarillo”, fue la voz oficial de su último club: “Era una persona muy querida. Ha sido un palo tremendo para todos y vamos a intentar respetar todo lo que podamos y acompañarlos en el sentimiento, apoyándolos en todo lo que podamos”.
Las reacciones se han hecho notar incluso en Polonia, donde el seleccionado español se prepara para la Euro. Allí, a las condolencias manifestadas por los hombres de la Roja se les sumaron las de los casi 200 periodistas españoles, quienes se reunieron para brindar un minuto de silencio en su memoria.
Otra personalidad deportiva altamente autorizada para opinar es Manuel Vera Arango, presidente de Sporting de Gijón, presidente del club en el que Preciado dejó una huella indeleble: “”Fue un hombre que entró en la historia del Sporting de manera notable, en un momento muy difícil para el club, y que contribuyó también de manera importante a sacar adelante la entidad. Durante esta larga relación y con las tensiones que se producen en el mundo del fútbol no hubo ni un enfrentamiento ni una discusión entre los dos”.
Lorenzo Serra Ferrer, máximo accionista del Mallorca, también le dedicó unas palabras: “Manolo tenía un gran compromiso con el fútbol. Le conocí en la década de los ochenta, cuando él formaba parte de la plantilla del Mallorca y yo era el segundo entrenador. La noticia de su repentina muerte me ha sumido en una profunda tristeza”.
Ficha técnica:
Nació en El Astillero, Cantabria, España, 28/08/1957
Como jugador defendió los colores del Real Racing Club de Santander (1978-1982), Linares (1982-1984), Mallorca (1984-1985), Alavés (1985-1986), Orense (1986-1987) y Gimnástica de Torrelavega (1987-1992).
Su primer partido fue en Tercera División, al frente de la Gimnástica de Torrelavega, en la temporada 1995/96. Al finalizar la campaña, logró su primer ascenso como entrenador. Al año siguiente, llevó al Racing de Santander “B” a Segunda División B. Regresó al filial racinguista en la temporada 2000/01, no pudo evitar el descenso a Tercera, pero una campaña después recuperó la categoría.
Como técnico profesional, dio inicio a su trayectoria en el Racing de Santander en la temporada 2002/03. Ese año, renunció luego de que el empresario ucraniano Dmitry Piterman comprara el club, con visibles intenciones de ocupar el cargo de técnico. En la campaña siguiente llevó al Levante a Primera División, lo que supuso el cuarto ascenso de su carrera como entrenador y el primero a la máxima categoría.
Su afán de crecer lo trasladó al Real Murcia, de Segunda División, donde lo despidieron luego de 13 fechas de irregular andar. En la temporada 2005/06, regresó a Primera División para entrenar nuevamente a Racing, pero renunció cuatro fechas antes del final, cuando ya el descenso era casi irreversible.
A fines de 2006, Manolo fichó por el Real Sporting de Gijón, club que cumplía entonces su novena campaña consecutiva en la Segunda categoría del fútbol español. Logró su quinto y último ascenso en la temporada 2007/08 y continuó al frente del Sporting durante las siguientes cuatro campañas en Primera, hasta convertirse en el segundo entrenador que más encuentros dirigió a los asturianos, con 232 partidos, sólo detrás de José Manuel Díaz Novoa (282) A mediados de la temporada 2011/12, su sexta al frente del equipo, fue destituido como entrenador del Sporting.
Cómo lo vivió Twitter: