Pereza. Eso es lo que siento últimamente que oigo el nombre de Johnny Depp. El que fuera uno de los actores más camaleónicos de la actualidad se ha terminado convirtiendo en una parodia de sí mismo, interpretando papeles cada vez más histriónicos y parecidos a Jack Sparrow. De hecho, hay un recordatorio de que tanto Gore Verbinski como Jerry Bruckheimer fueron los que estrenaron ‘Piratas del Caribe’, y me parece a mí que por ahí irán los tiros en cuanto a la espectacularidad y a las acrobacias imposibles. Entretenido, tal vez, pero mucho menos sorprendente. En días como hoy, donde se puede hacer absolutamente todo con los efectos especiales, lo más difícil no es ver cómo una niña lanza una bala desde un tren en marcha para ser cogida al vuelo por nuestro protagonista, que la desliza sobre el revólver sin despeinarse, sino contar con un guión que haga que todo eso merezca la pena ver.
Tráiler – El Llanero solitario