Señores lectores: En esta breve entrada, sólo pretendo daros un pequeño «sinopsis» del tema que voy a estar tratando en profundidad en los próximos meses o semanas, según me apetezca y tenga tiempo. Como ya os he dicho, vivo en un pueblo sureño, de la Virginia rural profunda, y sus casas señoriales, sus herencias históricas, rodeado de personas que heredaron, en general, sus fortunas. Todos son hijos del protestantismo, y salvo algunas excepciones notables, también todos tienen una conciencia social digamos…»woke» en mayor o menor medida. Ya os he explicado aquí que para los que hemos sido forjados por la reforma protestante, es inevitable. Nunca hemos estado satisfechos del todo con nuestro ser. El pecado, los jóvenes, el nacionalismo…temas que no dejan a nadie indiferente. El calvario ha empezado precisamente porque nuestro padre, el protestantismo, ha muerto tras una larga enfermedad que empezó a paralizarle a partir de los años 60 del pasado siglo (aunque la enfermedad tenía raíces más antiguas). Pero sus hijos, nosotros, nos estamos vengando manifestándonos de forma diferente, una «mutación», por decirlo de alguna manera.
Señores: vivo en un pueblo en el cual no se me considera «raro», sino «interesante» por utilizar una cámara del siglo XIX, de 1891. No solo no se me considera raro, sino que además hay una tienda en el pueblo que arregla cámara antiguas y ahora como pasatiempo, saco fotos SIN ELECTRICIDAD NI NADA DIGITAL. Cuando vivía en Nueva York, muchas veces pensé que la vida era gris e industrial. A nadie le interesaba nada decimonónico, pero aquí realmente me aman. La vida siempre te sorprende, porque Dios siempre tiene un plan para nosotros. ¿El que me arregló la cámara? ¿Un señor muy mayor? ¡Qué va! Un chico de 31 años, rubio, de una iglesia local. Ya os pondré fotos aquí una vez la tenga operativa en los próximos meses. Era una cámara de un antepasado mío, valenciano. A diferencia de España, aquí sí se celebra el origen de las personas y el «linaje», por decirlo así. ¡Ah! Y la cámara, por cierto, no tiene mayor problema — me dijo el señorito que tengo una pieza histórica impresionante. Lo único es que debido a su edad, hay que arreglarle el lente (uno antiguo y de calidad, de Baush and Lomb) y también el temporizador mecánico, que está demasiado duro. Es un proyecto caro, pero merece la pena. El talento se paga, obviamente…y no hay muchos jóvenes en Occidente con talentos tan mecánicos y meticulosos. Por si eso no fuera suficiente, el joven me ha recomendado a un fotógrafo que hay en el pueblo, que me podría enseñar el proceso químico para revelar fotos de placa húmeda. En fin, que yo siempre me ocupo con algo nuevo. Algunos se estarán preguntando por qué menciono esto. Uno, porque me da la gana, pero segundo, para que tengáis una idea del ambiente de esta zona y la conexión con la temática que trato. Como buen «protestante», ya estoy monetizando el proyecto. ¿Cómo? Pues, ahora estoy cobrando a la gente que quiera hacerse una foto como si estuvieran en 1891. Y es que, Dios no nos ha dado talentos e intereses para no sacarles provecho personal. Voy a ganar mucho más con este «hobby» de lo que gaste en la inversión del proyecto para arreglar la cámara. Fácilmente, por ejemplo, en una boda, puedo ganar un dineral porque a la gente que aquí viene les encanta todo lo antiguo. Este pueblo se considera en EEUU un «destination», lo cual significa que mucha gente viene para bodas, o celebrar su aniversario, o para hacer actividades de campo, etc. Como ya os dije, esta zona es millonaria, y sus actividades así lo reflejan.
Por si eso no fuera «curioso» en sí, también me llegan cartas escritas a mí por diferentes JÓVENES de este país. A lo largo y ancho de la nación, los jóvenes me envian cartas escritas a puño y letra, para pedirme consejos. Obviamente, no puedo contestarlas todas, pero hago un tremendo esfuerzo para intentarlo. Las escribo a máquina, o con bolígrafo de tinta, pero respondo a casi todas las que me llegan si puedo. En España, por supuesto, esto sería impensable y no pocos me tacharían de «anticuado», «loco», o «desfasado», pero ¿qué ejemplos da España ahora? Es un país patético en todos los sentidos, y no puede ser digno de respeto. De hecho, España es un país ya maldito por su desobediencia a la razón y a las leyes de Dios. En España, los padres cristianos no pueden, por ejemplo, educar a sus hijos en casa y el estado español te exige, además, tener un DNI (Documento Nacional de Identidad), lo cual es una violación de la libertad, y rasgo de un estado policial. España además es un país que acaba de aprobar una ley que exige «consentimiento verbal» en las relaciones sexuales. Chicos, alerta: si sales con una mujer española e incluso estás casado, asegúrate de contratar a un notario. Qué bárbaro…el estado español regulando el cómo y el cúando de las relaciones sexuales y no la iglesia o las familias….lo que os espera….en fin, no insisto porque….porque igual digo algo que no es muy cristiano.
¿Qué conexión hay entre lo «woke» y el protestantismo? Fundamentalmente, y pese a quien le pese, EEUU sigue siendo una nación cuya base ética es, indiscutiblemente, el protestantismo. Si existiera un prototipo de «homus protestanticus», ese sería un estadounidense típico. Como podéis ver, la política se ha convertido cada vez más en una batalla moral. Ya no es aquello de «discrepo de ti, pero te respeto, aunque no seas de mi partido», como ocurría hasta principios de los años 2000. No. Ahora es: ¿eres del otro partido? ¿No compartes mis ideas? Eres malvado, racista, infecto, ignorante, etc, etc. Ojo, que también la derecha hace esto: «¿eres demócrata? ¡Comunista sucio! ¡Quieres robarnos a nuestros hijos y pervertirlos para hacerlos trans!»
A partir de los años 60, EEUU empieza a sufrir un declive en sus instituciones protestantes más destacadas. En 1960, más de la mitad de los estadounidenses acudían a la iglesia los domingos. Daba igual: presbiteriana, metodista, baptista, discípulos de Cristo, luterana….pero el nexo común era ese, y era un nexo indudablemente protestante. Sí, los había más liberales que otros, pero el «ethos», la ética, era más o menos la misma: desconfianza hacia un estado todopoderoso, localismo, y cierto puritanismo moral en lo personal, y las finanzas. Hoy, menos del 10% de estadounidenses es miembro de una iglesia que aquí llaman «mainline» (mainline porque excluye a las iglesias evangélicas, que sí han crecido muchísimo en las últimas décadas, y, por supuesto los católico romanos, que no son considerados ni protestantes ni cristianos por muchas personas en EEUU….y sí, los católicos son diferentes y no son cristianos tampoco para mí). «Mainline» en EEUU se refiere a las iglesias del «sistema» imperante de la élite hasta los años 60: la iglesia PCUSA (Presbyterian Church USA) y, especialmente, la Iglesia Episcopaliana — que sigue siendo un reducto de millonarios de raza blanca y anglosajona. Las iglesias «mainline» ahora son las más «woke», las más «progresistas» y han sufrido una sangría porque ni los «progres laicos» las respetan, ni tampoco los fundamentalistas cristianos, que las ven decadentes, blanditas y cobardes. Mi propia iglesia, la presbiteriana, sufre insultos así a diario. Nos tachan de preocuparnos demasiado por el «qué dirán» moralmente, y por no ser suficientemente apasionados y cañeros…aunque deberían visitar mi iglesia para ver que eso es falso y sí tenemos una moral muy definida.
Pero, es indudablemente cierto que las «mainline» han ido siendo cada vez más «de izquierdas» (por llamarlo de alguna manera, aunque no es preciso decir izquierdas sino más bien «de conciencia social»). Lo que quiero decir con todo esto es lo siguiente: esa pérdida del «mainline» es lo que somos en EEUU ahora. Como ya no tenemos un nexo común, se ha ido dispersando en distintos movimientos, pero seguimos siendo protestante hasta las trancas. De hecho, es lo que nos sigue definiendo, aunque no se le llame «protestante». No somos post-cristianos, no, somos post-protestantes. ¿Dónde han ido los hijos de esas iglesias que representaban la élite estadounidense wasp? Pues eso: son post-protestantes. Sus hijos llevan a lo público y a lo político aquél «evangelio social» que heredaron de sus padres, con la misma urgencia moral y pasión, pero extirpada de los dogmas metafísicos de la iglesia. Ha habido una transferencia completa del antiguo «miedo» cristiano y el seguro de la salvación hacia la reforma social, cierto misticismo del orden social, y el «deber» de querer ser mejor. ¿Cómo? Pues mucho es de carácter «performance»: cambiar el nombre de algún edificio que tenga un nombre de un «pecador» esclavista, o derribar alguna estatua. Debo decir que el iconoclasmo no es nada nuevo para el protestante, así que no te escandalice mucho la quema o derribo de estatuas. De hecho, el propio GENERAL LEE NO QUERÍA una estatua ni estatuas confederadas. Sí señores: como lo lees. A los forasteros les cuesta muchísimo entender estas sensibilidades protestantes, pero por eso mi labor es explicarlas y educarte.
El diseño general de las principales denominaciones protestantes permaneció durante casi 300 años…era el corazón cultural de América. Claro, era un fenómeno desordenado (al no tener una iglesia de estado como ocurre en Europa), y serpenteaba mucho, cambiando de rumbo de vez en cuando, con sus subidas y bajadas. Pero todos sabían lo que el protestantismo era: el «Mississippi» cultural, la vena central, rodeado por el país. Incluso los católicos y judíos entendieron muy bien que vivián al margen de sus orillas. Eran «outsiders», aunque se fueron «protestantizando» y hoy, la Iglesia Católica Romana en EEUU no se parece en nada a la europea. Tuvieron que asimilarse ya que el catolicismo sigue siendo algo alienígena al verdadero corazón y alma americana. El catolicismo es «forastero» y siempre lo será. Nunca podrá sustituir nada en USA.
¿Qué ha pasado en los últimos 50 años? Pues nada, que los hijos del protestantismo han formado una nueva clase social en EEUU. No son tan dominantes como fueron sus antepasados realmente cristianos, pero son los que marcan el tono de gran parte del discurso político estadounidense actual. Es fácil ver sus orígenes puritanos cuando analizas cómo ven al mundo y cómo se perciben a sí mismos. Son, generalmente hablando, políticamente «liberales», y quieren que el estado haga más que las asociaciones privadas con respecto a ciertos vicios y problemas económicos. Siguen siendo, al igual que los padres puritanos, generalmente del noreste (Nueva Inglaterra especialmente) pero también de las costas en general…de ahí la frase populista de Trump y sus seguidores bastos….que gritan «coastal elites!» Siguen siendo puritanos y muy críticos, al menos en temas sociales o de salud. Y, como los puritanos de antaño, no tienen problema alguno en usar la ley para imponer un comportamiento que consideran correcto.
Por ahí va la cosa y espero desarrollarlo más si tengo tiempo.