de Sophia Style
Doula, educadora prenatal, antropóloga, escritora, y madre. Lleva doce años participando en círculos de mujeres en Inglaterra y España.
Tiene un blog muy interesante: http://conectacontuciclomenstrual.wordpress.com/
Para muchas mujeres que conozco, la experiencia de la menstruación también ha cambiado significativamente desde que no utilizan ya los tampones y compresas convencionales. Solo el hecho de tirarlos en la basura refleja el profundo desprecio de nuestra cultura hacia la sangre menstrual, que es vista como algo básicamente sucio y desagradable.
Cuando me di cuenta de que estos productos contienen dioxinas y materiales sintéticos que dañan a la vez mi salud y la del planeta, vi que podía reutilizar una esponja marina especial y una copa menstrual de silicona para recoger mi sangre.
El hecho de tener contacto directo con tu sangre al lavar la copa o la esponja en agua me hizo afrontar muchos prejuicios y pensamientos negativos. Pero con el simple acto de verter este líquido rojo en la tierra de las plantas, entendí que las células que mueren en mi útero y son transportadas en la sangre menstrual son un alimento para la tierra, lleno de hierro y otros nutrientes.
Los mismos ciclos de la naturaleza —las estaciones, la luna, el sol— están reflejados dentro de mi propio cuerpo. Lo que muere da a luz. Ahora no es algo repugnante, sino símbolo de mi fertilidad, de mi esencia femenina, y de mi conexión con la tierra.
Cuanto más la menstruación sea normal y apreciada en nuestra vida familiar, más preparadas se sentirán nuestras hijas, y también nuestros hijos, para el día que llegue la primera regla.