Si llegáis en avión a Budapest, como hemos hecho nosotros, deberéis buscar la manera de llegar desde el mismo hasta la ciudad, ya que el aeropuerto se encuentra a unos 16 km del centro de Budapest.
Vais a tener tres opciones para llegar hasta la ciudad: transporte público, taxis o transfers que ofertan multitud de páginas por internet. Obviamente, lo más económico es ir en transporte público pero si llegáis en un vuelo nocturno lo más probable es que no podáis hacer uso de él.Nuestro vuelo de ida aterrizó a las 23:40 por lo que hemos decidido reservar a través de https://bookinbudapest.com/un traslado privado que nos recogerá en el hall de llegadas y nos dejará en la puerta de nuestro hotel por 22 €. Y efectivamente allí estaban esperándonos, con un cartelito y nuestro nombre. Es un servicio que nos ha resultado muy cómodo y rápido y muy bien de precio. Se paga directamente al conductor en euros y también nos ahorramos el tener que cambiar dinero en el aeropuerto, que es donde peor sale el cambio.
El trayecto inverso,es decir, del centro de Budapest al aeropuerto si lo hicimos en transporte público. Primero tendremos que buscar alguna parada de la línea 3, la azul, del metro. Es fácil encontrarla porque es el metro que pasa por el centro de la ciudad. Nos bajaremos en la última parada, la estación Köbánya-Kispest y allí cogeremos el autobús 200E que nos llevará hasta el aeropuerto.
El billete sencillo cuesta 350 florines, sirve el bono diario y funciona desde las 4am hasta las 11 pm y nos deja en la terminal 2 del aeropuerto.
Para movernos por la ciudad hemos decidido comprar un bono de 3 días. También los hay de 1 día, de 7, de 14 y de un mes. Sirve para todos los medios de transporte públicos de Budapest excepto para el funicular que lleva al monte Buda. Si pensáis moveros por la ciudad es más económico que los bonos de 10 tickets y encima os ahorráis tener que estar validando cada vez que os montéis en un medio de transporte. Se usa de manera individual y cuesta 4950 HUF, unos 15 €.
Lo cierto es que Budapest es una de las ciudades con una amplísima red de transporte público y nos ha resultado muy fácil movernos en él. La única pega es que de noche no pasa el autobús nocturno por todas las zonas y la noche que fuimos a cenar por el Danubio tuvimos que coger un taxi. Y la buena noticia es que los precios de los mismos no son prohibitivos. El taxi hasta el hotel nos costó alrededor de 6 €