Revista Opinión

Trapisonda en la investidura de Rajoy

Publicado el 30 octubre 2016 por Vigilis @vigilis
El Congreso de los Diputados ha decidido que Mariano Rajoy repita como presidente tras casi un año de interinidad y después un debate bronco en el que no faltaron episodios de violencia verbal. Debate, por cierto, aderezado por una turba a las puertas del edificio que fue movilizada por un sector político que participa en las instituciones y que de hecho tiene representación en el Congreso, asunto en el que hay que insistir pues los lemas de la convocatoria apuntaban a la ilegitimidad del Congreso, a la ilegitimidad de los diputados y a la ilegitimidad de la votación del nuevo presidente. No puedo dejar de señalar la importancia de esta esquizofrenia política: te eligen diputado en elecciones libres, por ello puedes votar en la investidura del presidente pero lo que haces ese día es enviar dos buses de turba amental para tratar de reventar la votación en la que tú mismo participas. El soviet del Ipad le da un sentido nuevo a la expresión "tirar con pólvora del rey".

Trapisonda en la investidura de Rajoy

La banda del bate.

Bronco debate, como decía, protagonizado en parte por un diputado de la facción reaccionaria —"facción reaccionaria" creo que es un término preciso y económico para referirnos a la alianza impía de la política española—, un tal señor Rufián, señorito de provincias cuya única obra intelectual conocida son sus gañidos cuando ejercía de mascota en las ferias racistas de sus amos. Este señor, con aspecto de pasar demasiado tiempo leyendo revistas de camiones subido a un barril, al igual que sus homólogos dedicó su intervención a insultar al PSOE en primer lugar y a Ciudadanos en segundo lugar, partidos que con su servicio han posibilitado el desbloqueo político.
Como muestra de la categoría mental de este tamborilero de los camicie nere muestro una cita de su discurso:
¿No les da vergüenza darle el poder a uno de los partidos más reaccionarios de Europa junto con el cuñadismo neoliberal salvaje que, por ejemplo, dice que está en contra de rebajar el IVA veterinario porque hay sífiles (sic) en Barcelona?

Sí, el famoso neoliberalismo salvaje que está en contra de bajar impuestos. Qué más da todo.

Trapisonda en la investidura de Rajoy

Aspetta e spera che già l'ora si avvicina!
Quando saremo insieme a te
noi ti daremo un'altra legge e un altro Re!

El caso es que ese discurso estuvo dirigido al PSOE en un tono acusador porque el PSOE ha decidido romper el cordón sanitario contra el PP, de ahí que les haya llamado "traidores". Es decir, este desafortunado discurso es coherente porque forma parte del relato o descripción de la realidad que pretende imponer la facción reaccionaria, lo que en sus cursos de formación ideológica llaman "discurso contrahegemónico".
Que el tío que lee revistas de camiones (sospecho que en realidad sólo mira las fotos, como hace en el baño con las revistas porno) acuse al PSOE de traicionar a sus votantes y a la casa de sus padres y a los coros celestiales y a los muertos y a la sangre y a la raza no sentó muy bien entre las filas socialistas. El portavoz del Grupo Socialista se levantó para protestar y recordó a su señoría que entre otras cosas él pasó de porco a marrán por el sacrificio de muchos. Diputados del PSOE, PP, Ciudadanos, CC, UPN, Foro y PNV se levantaron a aplaudir, porque ésa es la respuesta de la dignidad que merece la indignidad.

Trapisonda en la investidura de Rajoy

Manuel Fraga en la manifestación de rechazo al 23-F, en 1981, entre Marcelino Camacho y Rodríguez Sahagún.

Se ha instalado en el discurso político el "vale todo" como medio para conseguir que nada tenga valor. Pero no todos estamos dispuestos a pasar por ahí. La ovación de la dignidad constitucional y democrática es el recuerdo a gente que no atendió en clase de las lecciones de lo que costó a todo un país llegar hasta aquí, hasta el momento de la historia de España en que los españoles vivimos mejor en el más amplio sentido de la palabra. Por tanto, opera aquí también un factor pedagógico: enseñar a los indignos, que aplauden al señor de Bildu y que insultan a los demócratas, que el actual sistema político que posibilita que ellos coman más marisco que nunca no cayó del cielo. Que el discurso "contrahegemónico" que nos vende que la Transición fue una simple continuación del franquismo y que todos nuestros representantes —excepto ellos, bendecidos por las musas— son corruptos porque el sistema es inmoral, no es cierto. En este país se pasó de una dictadura a un sistema representativo de gobierno que garantiza las más altas cotas de libertades civiles del planeta (¡y al mismo tiempo una de las mayores seguridades públicas!) y quienes más empeño pusieron en cargarse esto no fueron tanto los nostálgicos de la vieja dictadura, con su charlotada del 23f, como una organización terrorista que no soporta la libertad. Organización terrorista que es expresión de lo peor de la alianza impía porque justifica sus atrocidades con el mismo discurso que hoy los adanistas nos venden como novedoso: la democracia es una continuación del franquismo, etc. Organización con cuyos cuadros los adanistas han completado algunas de sus listas electorales. Es que ni siquiera son originales.
Pues bien, la alianza reaccionaria, coherentemente, no aplaudió la defensa de la dignidad de quienes hicieron sacrificios para proteger nuestro sistema representativo de gobierno que es el que garantiza nuestras libertades civiles (algunos pensamos que estas cosas sí tienen valor y que por tanto, no vale todo), pero sí aplaudieron el repugnante discurso de Bildu y un diputado de Ciudadanos que tiene gafas y que a mí no me gusta nada se lo echó en cara. "Estáis con los terroristas", o algo así les dijo a las prima donnas del eterno Operación Triunfo que es el populismo rancio de nuestro país.

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Villegas me cae muy mal pero es un señor: a mí me pone la mano encima el Pelota Máximo de Eurasia y no sé.

¿Y qué hicieron el Coletas, la hermana pequeña de la asaltacapillas, el campeón del mundo de ser pelota y que no sabe afeitarse, la boliburguesa de Compistola y el Niño de la Beca? ¡Ofenderse mucho! (Por allí también andaba el malagueño aquel que se cargó Izquierda Unida y al que nadie le habla, con cara de emoji triste).
A ver si lo entiendo, let me get this straight, ¿después de reirle las bromicas al tío asqueroso de la sucursal de ETA, después de llamar "delincuentes potenciales" a los diputados-que-no-son-ellos, después de convocar a una turba violenta para presionar a un Congreso reunido en sesión, después de llamar corruptos y ladrones a todo el que no comulga con ellos, después de azuzar los insultos a los jubilados y a los gallegos por no votarles, después de llamar golpe de estado a una sesión de investidura, después de todo eso no soportan que les digan a la cara lo que son, no soportan que les pongan un espejo delante de sus caras para que vean lo podridos que están por dentro?

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Nega Oficial Maiz (?) es un rapero, creo, que forma parte de la intelectualidad orgánica del que pretende ser partido único. Luego se retractó de este tuit pero no porque apestaba a matonismo sino porque "desempoderaba" a la diputada de Pablemos. La tontería siempre ataca por el flanco más sorprendente.

Igual es que al vivir toda la vida en sus circulitos endogámicos, montados en el trenecito del peloteo continuo y creciendo al amparo que da la arrogancia ideológica tienen la piel muy fina.
La jornada terminó, tras la votación, con la salida de los diputados de Ciudadanos por la puerta donde les esperaba una turba con los ojos inyectados en sangre lanzándoles botellas y monedas y llamando a las diputadas "putas". Esa misma turba fue la que recibió a los diputados de Pablemos, encabezados por el Niño de la Beca, con aplausos, cánticos y dazibaos. Recuerdo que durante la sesión alguno recordó a la gentuza que habían traído a una turba a las puertas del Congreso y el Niño de la Beca decía que no, que la manifestación la convocó la sociedad civil. Son como protagonistas de The Twilight Zone, quieren crear una realidad paralela y contrahegmónica-que-te-cagas-tía. Purrela.

No me digas que no hay un reglamento y no me sonrías, hijo de puta:


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