Unos le dan a la noticia la importancia histórica que tiene, y a otros les fastidia porque no pudieron ver "hombres mujeres y viceversa" o "los simpson" con los especiales de las televisiones. Triste, aunque ya sabemos que en España hay de todo, no nos sorprendamos ni nos volvamos locos, siempre ha habido gente para todo, pero ahora nos enteramos, antes no.
Lo que a mi me hace pensar más sobre la cuestión de la abdicación es 1 cosa:
1. Qué influencia tiene sobre nuestras vidas.
Porque sin duda, la tiene, al igual que las pasadas elecciones europeas en las que estadísticamente es probable que no votaras (aquí puedes ver un análisis de las mismas muy sencillo hecho con la cuenta de la vieja), no por la figura personal del Rey, de la cual cada uno tendremos una opinión más o menos formada en base a lo que nos muestran los medios, leemos y escuchamos, sino lo que implica para los intereses del conjunto del Estado, y sus ciudadanos, más aún en el contexto de crisis que se vive.
También es importante valorar la figura de la institución de la corona, de dónde viene, hacia dónde va, cómo se adapta a los nuevos tiempos, si es posible mantenerla como tal o es necesario que cambie o que deje paso a nuevas formas de representación estatal...
Se supone que en democracia, se gobierna conforme a la opinión y los intereses del pueblo, suponemos que entones, es lo más sensato realizar el referéndum y que aquel sea quién decida, aunque ya sabemos que la opinión de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados no es precisamente esa.
¿Y si el pueblo quiere mantener la monarquía? Oiga, a lo mejor sí quiere. Aunque nacer con privilegios y con una posición representativa sin que nadie te vote no es del todo democrático, si el pueblo lo quiere y es lo mejor, yo también lo quiero.
Si la III República implica que se acaba la corrupción, y que haya verdadera igualdad democrática en nuestro país, será lo correcto, al igual que lo sería si continúa la Monarquía con otro Rey o al igual que si en las próximas elecciones ganan unos u otros. No es cuestión de ideologías, es cuestión de sentido común.
No seamos como esos "patriotas" que se sienten ofendidos por ver una bandera tricolor o como esos otros que si ven una con 2 líneas horizontales rojas y otra amarilla de doble anchura sólo ven a franco. Los límites nunca son buenos. Basta ya de rojos y fachas.
Seamos sólamente coherentes. (Hace falta cambiar mucho para ello desde la educación, que es la base, pero por soñarlo...)
Viva nuestro país, la verdadera democracia, y el pueblo...
...con esta...
... o con esta.