El Claustro de Sor Juana es refugio de jóvenes estudiantes, del arte y la gastronomía, del recuerdo de una poetisa y de gatos conchudosCELDA. Audiovisual que muestra la vida de la poetisa(Foto: Ramón Romero / EL UNIVERSAL )Enviar por emailReducir tamañoAumentar tamañoImprimir
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Domingo 12 de febrero de 2012Jimena González Bernal | El UniversalFuente: http://www.eluniversal.com.mx/articulos/69056.html#1
Las paredes traspasan el tiempo, son testigos de las letras que emanaron del talento de una musa, "la décima", como la consideraron. Ahí donde yacen las ruinas del ex convento de San Jerónimo, lugar religioso que jamás logró sosegar los deseos literarios y creativos de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, ahora es sede de una de las instituciones académicas más importantes para las humanidades, la Universidad del Claustro de Sor Juana.Su espacio aún se mantiene aislado, como se vivía durante el siglo XVII. Es increíble sumergirse en una atmósfera apartada completamente del tránsito de la avenida Izazaga. Aquí sólo hay que disfrutar del ambiente cultural y juvenil.Celda de Sor JuanaEn 1668 ingresó como novicia. Su inteligencia y habilidad la llevaron a ocuparse de la contabilidad del convento. Su inquietud por descubrir y aprender siempre la mantuvieron como el arroz de todos los moles, incluso daba clases de música, aunque no existe registro alguno que argumente que sabía tocar algún instrumento.Pero para entender un poco más sobre su vida conventual hay que dirigirse a una de las salas. Detrás de una puerta real de madera se asoma el rostro de la religiosa, una pintura realizada por Carmen Beatriz López-Portillo Romano, rectora de esta institución, que plasma a Sor Juana dando la bienvenida a su celda, misma en la que se presenta una proyección multimedia de 15 minutos, un trabajo inaugurado el 12 de noviembre de 2011 para celebrar los 360 años de su nacimiento.
PATIO. De los ConfesionariosA través de algunas frases de Primero Sueño, uno de sus poemas más importantes, se recrea un viaje por su vida, pensamiento y sentimientos que se proyectan en los muros históricos, utilizando una técnica conocida como videomapping, acompañada de arte sonoro. Aparecen los colores y las imágenes animadas que casi se pueden palpar. "Es un diálogo entre el espacio arquitectónico y las nuevas tecnologías", cuenta Cecilia Núñez, guía de recorridos.En la celda se exhiben algunas piezas encontradas en el ex convento de San Jerónimo: restos de cerámica prehispánica, inglesa y japonesa, así como objetos cotidianos, como cubiertos de plata y rosarios.Al terminar este viaje hay que llevar a casa un souvenir: playeras, discos, libros, tazas y postales, con una imagen contemporánea de la escritora, creación del diseñador independiente Alejandro Magallanes. También hay a la venta una línea de artículos infantiles de Gabriela Castillo, además de los accesorios y blusas de la artesana Laura de Alba, o un chocolate elaborado por alumnos de la carrera de Gastronomía.
Vestigios de poderLa Universidad del Claustro muestra al público algunas ruinas de las habitaciones que ocupaban las calzadas, orden religiosa que concentraba a mujeres criollas o españolas que tenían el poder económico para pagar una dote de 3 mil pesos, demasiado dinero para aquella época.Muestra de ello es la Celda Contemporánea que se utiliza para albergar galerías y exposiciones de artes visuales. Cecilia comenta que es muy complicado ubicar el espacio y tamaño de estas viviendas.Según los estudios de la investigadora virreinal, Josefina Muriel, estos edificios contaban con dos pisos. La planta baja se otorgaba a la servidumbre de la monja, esclavas de raza negra o indígena.Las "sobrinas", de igual forma, estaban a su servicio, y eran mestizas que no podían dar una dote al convento, por lo que eran encomendadas a las religiosas para su cuidado.Hay evidencias que muestran la diferencia de clases sociales entre las mujeres del convento, como la tina de baño cubierta por azulejo de tipo Talavera, de finales del siglo XVI y principios del XVII, que seguro pertenecía a una jerónima con dinero. En contraste, también se puede ver una tina de barro vidriado (material importante para la elaboración de tuberías), la señal de que una persona de menor rango ocupaba esa zona.
LA ESCULTURA. La "Décima Musa" inmortalizada en los jardinesPatio de los ConfesionariosEs común encontrarse con gatos en este recinto: 20 mininos adoptados por esta casa de estudios, que se pasean tranquilamente por los patios, entran y salen de las oficinas, con la mayor conchudez del mundo, e incluso toman clases dentro de las aulas, cómodamente echados en los escritorios de los profesores.Uno de sus lugares favoritos es el Patio de los Confesionarios, donde se encuentra el ex templo de San Jerónimo, inaugurado en 1623 por Alonso Martínez López, el maestro principal de las obras de la Catedral Metropolitana. Hoy se conoce como el Auditorio Divino Narciso, sede de actividades culturales donde se proyectan películas, obras de teatro, recitales de piano clásico y de otros géneros musicales y la monumental ofrenda de Día de Muertos.Es aquí donde el antropólogo Arturo Romano Pacheco encontró varias tumbas de monjas. Una de ellas pertenecía a la Décima Musa, quien murió en 1695 a los 43 años. Las hipótesis más aceptadas señalan que la causa fue tifus, enfermedad epidémica de la época. Actualmente sus restos están resguardados por el INAH.Después del hallazgo se mandó hacer un epitafio móvil que se exhibe durante los eventos o cuando hay recorridos por las instalaciones. La intención fue rendir homenaje a la creadora del poema Primero Sueño.
Lápida en honor a Sor Juana después de descubrir sus restosLos rostros en el tiempoDespués de las Leyes de Reforma el convento se convirtió en el refugio del Batallón Sinaloa. Los espacios sacros, entonces, se convirtieron en caballerizas y, finalmente, en lo que ahora es la biblioteca.Para finales del siglo XIX el convento se vendió en fracciones y se establecieron diferentes comercios hacia la calle de Izazaga. Incluso, a principios del siglo XX se abrió aquí mismo un hotel de paso. Posteriormente se convirtió en lugar de reunión de un grupo de intelectuales apoyados por Antonieta Rivas Mercado, hija del famoso arquitecto, quien obtuvo el inmueble como pago de la construcción de una aduana. Posteriormente se lo heredaría a ella."Antonieta fue una de las principales promotoras de la cultura literaria de este país, impulsora del grupo de escritores conocidos como los Contemporáneos, escritores revolucionarios como José Gorostiza, Carlos Pellicer y
Salvador Novo.
SOUVENIRS. Después de conocer la celda de Sor Juana se antoja llevar un recuerdoDefinitivamente, Sor Juana no fue la única figura de las letras que pisó este recinto", señala la guía.En 1979 abrió como universidad, la cual trata de impulsar el pensamiento, obra y filosofía de Sor Juana.Su espacio está abierto a toda la comunidad. Entre sus áreas destaca el Museo de la Indumentaria, donde se montan exposiciones con temáticas a través de su acervo de 4 mil trajes típicos de la República.Entre las actividades que están por emprender a lo largo de este mes está la proyección de películas como "El sistema" y "Lecciones para una guerra", como parte de la gira de Ambulante 2012. Habrá un ciclo de arte sonoro en La habitación del Ruido y se realizará, el 15 de marzo, el Sexto Foro de Cocina Mexicana. Tendrá un costo de 40 pesos.
DETALLESUNIVERSIDAD DEL CLAUSTRO. Izazaga 92, en el Centro Histórico. Cerca de Metro Isabel La Católica. www.ucsj.edu.mxRECORRIDOS GRATUITOS. Para realizar una visita guiada hay que hacer cita al 5130 3337.ACTIVIDADES CULTURALES. Durante febrero y marzo se realizarán diversos eventos gratuitos.HORARIOS. Celda abierta de lunes a viernes, de 10 a 17 horas. Recorridos guiados de lunes a sábado, con previa cita. Sábados de 10 a 17 horas.