Revista Cultura y Ocio

Trasfondo, por Patricia Ratto

Publicado el 17 noviembre 2013 por David Pérez Vega @DavidPerezVeg
Trasfondo, por Patricia Ratto Editorial Adriana Hidalgo. 143 páginas. Primera edición de 2012.
En la Feria del Libro de Madrid de este año, paseaba una tarde por el Retiro con mi amigo el escritor Federico Guzmán Rubio. Éste me propuso que nos acercáramos a la caseta de la editorial argentina Adriana Hidalgo para presentarme al representante de la editorial en España, que es su amigo. Una vez allí, charlamos un rato con el editor, Fabian Lebenglik, que nos estuvo recomendando algunos de sus libros. Yo acabé comprando éste, titulado Trasfondo, de Patricia Ratto (Tandil, Argentina) y La huella del crimen de Raúl Waleis, publicada en 1877, que es la primera novela policiaca en español. Las palabras de Lebenglik sobre Trasfondo lograron convencerme, y además ya había leído una buena crítica sobre esta novela en El Cultural de El mundo, firmada por Ernesto Calabuig, de quien suelo fiarme.
Hace unas semanas recibí un correo de la editorial Adriana Hidalgo en el que me invitaba a la presentación en Madrid de la novela Trasfondo, que tendría lugar en la librería Tipos Infames de Malasaña. Lógicamente, la editorial no había traído a Patricia Ratto expresamente desde Argentina para presentar su libro en Madrid, presentación a la que acudimos unas veinte personas, sino que ella estaba en España de vacaciones y la editorial le pidió que, aprovechando la ocasión, realizase una presentación de su novela. Acudí esa tarde a Tipos Infames con Federico Guzmán (quien ya había leído Trasfondo y le había gustado). Fue agradable estar allí, poder escuchar a Ratto (presentada por Calabuig) hablar de cómo se interesó por esta historia al escuchar a un veterano de la guerra de Las Malvinas relatar su experiencia, y cómo se puso en contacto con los marineros de un submarino que participó en esa guerra, quienes decidieron entrevistarse con ella a pesar de las recomendaciones negativas de la Armada argentina (la historia no era de la Armada, era suya, alegaban los marineros); cómo Ratto tuvo que vencer la resistencia de los marineros cuando sabían que quería escribir una novela sobre su experiencia y no una crónica periodística, y cómo era la acogida de un libro de guerra escrito por una mujer.
Fotos de la presentación:

Trasfondo, por Patricia Ratto

Patrica Ratto, Ernesto Calabuig y Fabian Lebenglik


Trasfondo, por Patricia Ratto

Federico y yo con expresión de "muy interesados"


En Trasfondo, Patricia Ratto novela un episodio real de la guerra de Las Malvinas: la historia de treinta y cinco hombres que estuvieron en un submarino treinta y nueve días de patrulla por el Atlántico Sur encontrándose con barcos y aviones del ejército inglés. Cuando regresaron a puerto, con la guerra perdida, nadie les esperaba para festejarles: “Se me ocurre que quizá lo mejor hubiera sido estallar en mil pedazos y no volver, así seríamos víctimas o héroes, no esta evidencia viva de lo que no funciona, de lo que está mal, del fracaso”, apunta el narrador en la página 136.
En la página 8 el narrador intuye que va a pasar algo fuera de lo normal cuando descubre que sus compañeros están limpiando el submarino de moluscos incrustados en el casco: “Estilo argentino, agrega, buzos con snorkel, chapa y a raspar, a mano nomás, y a pulmón”, esto le dice uno de los personaje a otro, y posiblemente en estas palabras, “estilo argentino”, a la vez irónicas y resignadas, se encuentra condensado el tono de la novela, en realidad más resignada que irónica. Esta es la historia de unos hombres enviados a una guerra que, a todas luces, no pueden ganar, con un submarino en el que no funciona el lanzamiento de torpedos, y que en más de una ocasión parece un ataúd bajo el agua. Hay una serie de detalles que contribuyen a una sensación claustrofóbica: los marineros no deben hacer ruido, porque los barcos o los otros submarinos pueden detectarles; además, en más de una ocasión el submarino no puede subir con facilidad a la superficie a repostar aire y éste va acabándose. “Cuarenta centímetros hasta el techo, y después, toneladas de agua helada, toneladas de océano sobre mi cabeza, sobre las cabezas de los otros”, señala el narrador en la página 23.
Es notable el trabajo de investigación que ha llevado a cabo Patricia Ratto para poder describir la vida dentro de un submarino. Solo documentándose se pueden escribir párrafos con detalles tan técnicos como estos: “Una gota me cae de pronto en medio de la cabeza desde un manifold superior: hasta nuestra respiración se condesa y nos llueve encima” (pág. 31); “Estamos metidos en una napa, una burbuja de agua más fría que el agua ya bastante fría en que veníamos navegando; se han detenido las máquinas y el submarino deriva suavemente, sigue la corriente, con nosotros adentro, y así se vuelve indetectable, los sonidos rebotan en la barrera térmica de la napa y es como si no existiera, como si se hubiera vuelto de pronto agua, todo agua: el barco, nosotros, los objetos, el tiempo, sólo agua en el agua” (pág. 42).
Uno de los grandes puntales de la novela es la elección de la voz narrativa: un marinero innominado nos describe a sus compañeros, quienes nunca fijan la vista en él ni le dirigen la palabra. El narrador describe lo que le rodea de forma aséptica, sin énfasis; y al principio esta distancia –o frialdad– resulta extraña, poco usual en una novela de guerra. Sin embargo, la tensión se va filtrando casi de forma inconsciente en las páginas descritas; y al final se produce un desdoblamiento en el lector: por un lado quiere saber qué va a ocurrir con esos marineros atrapados en el tubo del submarino (a pesar de que ya sabe que regresan a puerto) y quién es el narrador, o al menos dónde está el punto de fuga del narrador, ya que se percibe algo inquietante o inhumano en la distancia de la voz narrativa. Prefiero no desvelar nada más de este tema, porque hacerlo podría arruinar la lectura. “Todo barco guarda un enigma”, se apunta en la página 129, y vamos a dejarlo ahí.
Me gustó estar en la presentación del libro porque, al leerlo unas semanas después, pude darme cuenta de algunos de los trucos compositivos del mismo: en el libro se describen unos sueños que tiene el narrador, en ellos ve a sus compañeros en tierra. La vida que se describe en los sueños es el destino que aguardaba a los marineros reales con los que Ratto se ha entrevistado, y por lo tanto esos sueños resultan anticipaciones del futuro.
Sobre la guerra de Las Malvinas leí, hace ya bastantes años, Los Pichiciegos de Fogwill, y recuerdo que en su momento me pareció una narración fría: no había en ella ningún personaje con el que sentirse identificado. Trasfondo puede resultar también una novela un poco fría, pero al ir avanzando por sus páginas se siente la claustrofobia real de la situación y uno llega a tener muy presentes a los marineros principales sobre los que el narrador posa su mirada. Una vez finalizado el libro, una vez descubierto quién es el narrador, la emoción o la compasión por él aflorarán en el lector.
La propia autora apuntó en la presentación que podría haber escrito una novela de 500 páginas, pero decidió escribir una corta. Quizás me habría gustado leer esa novela de 500 páginas y saber más de la vida de los personajes, pero desde luego esta novela corta –escrita con un esmero cuidadoso– es profundamente literaria, con un interesante guiño: el narrador lee un libro que el lector avezado identificará como La guarida de Franz Kafka, y se establecerá una conexión entre el animal que cava túneles en el relato de Kafka y el narrador. Ratto consigue trasladarnos a un escenario poco usual, y desde este lugar esquinado nos habla del drama que fue la guerra de Las Malvinas para la nación argentina.
A mí, que me gusta tanto la literatura argentina, este libro me hizo disfrutar. Además es de celebrar que una editorial tan literaria como la argentina Adriana Hidalgo distribuya sus libros ahora en España.

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