Revista Psicología

Trastorno LĂ­mite de la Personalidad (1ÂŞ parte)

Por Webpsicólogos Psicología Online Profesional @webpsicologos

Os presento a Rosa: Rosa es una mujer de 42 aĂąos que tiene un diagnĂłstico de trastorno lĂ­mite de la personalidad.

Los trastornos de personalidad son el cajĂłn “de sastreâ€� de la psiquiatrĂ­a - Tuitéalo  pues son tanto difĂ­ciles de identificar como de tratar.

ÂżSe puede cambiar la personalidad de una persona?

ÂżQué quiere decir trastorno de personalidad?

ÂżSon los trastornos de la personalidad enfermedades, o son sĂ­ntomas que surgen ante determinados tipos de personalidad? - Tuitéalo

Estas preguntas son las que se hacen los profesionales de la salud mental que intentan ayudar a Rosa. Pero Âżqué le pasa exactamente a esta mujer? A Rosa no le pasa nada y le pasa todo. Cuando Rosa era adolescente sus padres pensaban que era un poco rebelde, inestable e irritable‌ “como todos los adolescentesâ€� (decĂ­an). Pero Rosa pasĂł a la adultez, y su conducta impulsiva, su inestabilidad emocional y su tendencia a evitar responsabilidades se mantuvieron en su manera de ser.

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Rosa era enamoradiza y pasĂł por varias parejas, breves y no tan breves. Ella siempre habĂ­a soĂąado con casarse de blanco y por la iglesia (aunque no era una persona religiosa), pero era su deseo mĂĄs profundo y querĂ­a conseguirlo a toda costa. AsĂ­ que finalmente, con tan sĂłlo 25 aĂąos se casĂł con el que fue el amor de su vida (segĂşn ella), aunque apenas se conocĂ­an desde hacĂ­a 6 meses.

El primer aĂąo de matrimonio fue maravilloso para Rosa, como era la etapa de “la luna de mielâ€� no habĂ­a casi discusiones entre su pareja y ella. De la boda habĂ­an obtenido un dinero extra con el que Rosa llenĂł su armario con ropa de marca que siempre habĂ­a envidiado en otras mujeres. ComĂ­a y cenaba en restaurantes caros y en el trabajo tenĂ­a un grupo de compaĂąeros con los que salĂ­a los fines de semana y lo pasaba genial. Ella era la “reina de la fiestaâ€�, era una persona muy extrovertida y simpĂĄtica, incluso “un poco locaâ€�, decĂ­an sus amigos cuando la describĂ­an (pero ellos sĂłlo conocĂ­an a la Rosa “de buen humorâ€�)

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El segundo aĂąo de matrimonio se quedĂł embarazada de su hijo y las fiestas se cortaron (por exigencia de su marido). Rosa se pidiĂł una baja laboral pues tenĂ­a un embarazo de riesgo y su estado de ĂĄnimo se resintiĂł pronto. No sabĂ­a si eran las hormonas o estar todo el dĂ­a encerrada en casa pero no soportaba cĂłmo la hacĂ­a sentir esa situaciĂłn. En esa época las discusiones entre ella y su marido aumentaron de manera exponencial. Rosa pasaba del grito al llanto con mucha facilidad, incluso lanzaba objetos que encontraba por la casa contra su sorprendido marido. Hubo un dĂ­a que él llegĂł tarde del trabajo y Rosa empezĂł a sentir una oleada de ira que no supo contener asĂ­ que cogiĂł un cuchillo de la cocina y amenazĂł con suicidarse allĂ­ mismo si él no confesaba con qué mujer la habĂ­a engaĂąado.

El embarazo llegĂł a término y naciĂł su hijo. Las cosas se calmaron por un tiempo y los primeros aĂąos de crianza fueron determinantes para que su marido decidiera divorciarse de Rosa. Pues él ya se habĂ­a dado cuenta (ahora que la conocĂ­a) que se habĂ­a casado con una NIĂ‘A. Una niĂąa caprichosa, manipuladora, mentirosa, irascible, egoĂ­sta y ademĂĄs (y eso fue lo que mĂĄs doliĂł a Rosa de lo que su marido expuso en el juicio por la custodia de su hijo) “mala madreâ€�.

– ¿¿Mala madre?? – Ella querĂ­a a su hijo con toda su alma y sĂłlo deseaba que fuera totalmente feliz. Por eso no le obligaba a comer cuando él decĂ­a que no tenĂ­a hambre â€œÂżÂżQué importancia tenĂ­a que un dĂ­a no cenara??â€�. Tampoco querĂ­a que se enfadara y por eso nunca le decĂ­a que no (en lo mĂĄs profundo de su ser y aunque no fuera muy consciente de ello, en realidad tenĂ­a miedo que su hijo dejara de quererla si le negaba algo). Para ella, la sola presencia de su hijo la alegraba y ni siquiera caĂ­a en detalles “nimiosâ€� como la ducha diaria o las visitas al pediatra, ir a las reuniones del colegio o preocuparse de procurarle unas rutinas estables. Eso para Rosa, simplemente, carecĂ­a de importancia.

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Su marido fue (segĂşn Rosa) un auténtico cabrĂłn en el juicio, porque contĂł las cosas “a su maneraâ€� y dejĂł por los suelos la imagen de ella. Se atreviĂł a decir que Rosa tomaba pastillas y alcohol de manera habitual y que habĂ­a “abandonadoâ€� en varias ocasiones el hogar familiar para irse “a saber dĂłnde y con quiénâ€�. Como Rosa habĂ­a alargado la baja por mĂĄs de dos aĂąos tras el nacimiento de su hijo, la empresa la habĂ­a terminado despidiendo y Rosa no se habĂ­a molestado en buscar otro trabajo. Se habĂ­a acomodado a “no hacer nada de provechoâ€� (palabras de su marido) y se dedicaba a ver la televisiĂłn tirada en el sofĂĄ o a chatear por internet con desconocidos. Rosa no trabajaba, no colaboraba en las tareas domésticas, no educaba a su hijo y en ocasiones, ni siquiera se levantaba de la cama. Su horario estaba completamente cambiado: dormĂ­a de dĂ­a y vivĂ­a de noche. Ésta habĂ­a terminado siendo la rutina de Rosa.

Lo peor de todo es que el juez le dio la razĂłn y le otorgĂł la custodia a su marido (ella podĂ­a ver al niĂąo 2 fines de semana al mes), pero la cuestiĂłn es que (segĂşn ella) su marido era tan retorcido que le habĂ­a “comido la cabezaâ€� a su hijo y éste no querĂ­a ir a verla. A ella se le partĂ­a el corazĂłn cuando lo veĂ­a llorar al entrar en su apartamento (que se habĂ­a alquilado porque habĂ­a tenido que abandonar SU casa).

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Tras su divorcio, Rosa se sintiĂł tremendamente sola (y eso no lo soportaba). EmpezĂł a salir por las noches de nuevo, bebĂ­a hasta caer inconsciente, se quedĂł sin dinero y empezĂł a robar (incluso a sus padres cuando iba a visitarlos).

TocĂł fondo literalmente, dejĂł de comer y se intentĂł suicidar (esta vez de verdad). La familia de Rosa, que siempre se habĂ­a mantenido al margen, entonces, lo tuvo claro: habĂ­a llegado el momento de pedir ayuda.

Esta es la historia de Rosa. En ella hemos visto algunos de los sĂ­ntomas caracterĂ­sticos de la personalidad lĂ­mite. La semana que viene los analizaremos detenidamente y expondremos algunas pautas de intervenciĂłn y ayuda; tanto para psicĂłlogos, como para los familiares que conviven con un trastorno de la personalidad lĂ­mite.

El post Trastorno LĂ­mite de la Personalidad (1ÂŞ parte) aparecio primero en La sala de Espera. WebPsicĂłlogos.


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