Trastornos de personalidad (III): ¿Qué es el trastorno de personalidad paranoide?

En el presente artículo nos volveremos a detener en los trastornos de personalidad, en este caso, en el de tipo paranoide.

Los síntomas principales de este perfil de personalidad son una excesiva desconfianza, suspicacia o recelo sobre las intenciones de los demás. Es cierto que todos en algún momento hemos podido desconfiar de alguien e incluso acertar en nuestro pensamiento suspicaz por las pistas que nos ha dejado la otra persona. Pero aquí estamos hablando de un patrón que se repite en la mayoría de los ámbitos de la vida y de las relaciones. Además, no existe una base real que les pueda inducir a pensar de ese modo, o los datos que poseen son insignificantes en relación a la reacción exagerada que manifiestan.

Piensan que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a engañar o les van a hacer daño. Esto se puede ver en las relaciones de pareja, donde puede existir una sospecha constante de infidelidad o en las relaciones familiares, por miedo a que se cuenten aspectos de su intimidad o por temas económicos, donde se suelen considerar perjudicados. También se puede observar en el ámbito laboral, donde suele aparecer la sensación de ser explotado, por lo que a veces es difícil que se comprometan con su tarea y cambien con frecuencia de empleo. Por supuesto, les es difícil iniciar relaciones de amistad, ya que la propia desconfianza les hacer mostrarse cerrados por miedo a que les traicionen. Por todo ello, es probable una tendencia al aislamiento al ser incapaces de crear lazos de confianza, mostrándose fríos para evitar posibles daños.

El refrán “buscarle tres pies al gato” encajaría bien en la vida de estas personas. Cualquier aspecto insignificante puede para ellos ser síntoma de falta de respecto o de algún significado oculto. Por ello, la gente de su entorno tiene la sensación de que es indiferente la manera de actuar hacia ellos, porque siempre van a tener una interpretación de ser atacados.

Además, suelen ser rencorosos, guardando en su mente situaciones o palabras que les han hecho daño. Esto hace que le den vueltas a este tipo de pensamientos una y otra vez, magnificando cada vez más aquello que les dolió.

Es común que con este estilo de pensamiento lleguen a tener fuertes respuestas de ira hacia los demás, sin que haya una causa aparente para ello.

Este distanciamiento de los demás suele hacer que estén demasiado pendientes de sí mismos y mantener una actitud egocéntrica, considerándose más importantes que el resto.

Si bien, todos los trastornos de personalidad hacen complicadas las relaciones sociales, este es un ejemplo donde esta dificultad se magnifica. Estas creencias tan arraigadas hacen que la persona no perciba que tiene un problema, sino que lo sitúa en los demás. Por esto es difícil que pidan ayuda profesional, algo fundamental para buscar soluciones a esta problemática.

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