Antecedentes: Intervenciones farmacológicas se prescriben frecuentemente para el trastorno de insomnio.
Objetivo: Evaluar los beneficios, daños y la efectividad comparativa de tratamientos farmacológicos en adultos con trastorno de insomnio.
Fuentes de datos: Varias bases de datos electrónicas (2004 a septiembre de 2015), listas de referencias y documentos de Food and Drug Administration U.S. (FDA).
Selección de los estudios: 35 ensayos aleatorios controlados, con una duración de al menos 4 semanas, que evaluaron tratamientos farmacológicos disponibles en los Estados Unidos y que informaron sobre los resultados globales o de sueño; 11 estudios observacionales a largo plazo que reportaron información de daño; datos de revisión de la FDA para hipnóticos no benzodiacepínicos y antagonistas del receptor de orexina; y de todos lo agentes etiquetados.
Extracción de datos: Extracción de los datos por un investigador confirmado por un segundo revisor; evaluación de investigador-dual del riesgo de sesgo; determinación de consenso de solidez de las pruebas.
Síntesis de datos: La eszopiclona, zolpidem y suvorexant mejoran los resultados globales y de sueño a corto plazo en comparación con el placebo, aunque los tamaños del efecto absolutos fueron pequeños (baja a moderada fuerza de evidencia). La evidencia de hipnóticos benzodiazepinicos, agonistas de melatonina, antidepresivos y para la mayoría de intervenciones farmacológicas en los adultos mayores, era insuficiente o de baja fuerza. La evidencia también fue insuficiente para comparar la eficacia al interior o entre las clases de farmacoterapia o frente a la terapia conductual. Evidencia de daño reportada en los ensayos fue juzgada insuficiente o de baja fuerza; Los estudios observacionales sugieren que el uso de hipnóticos para el insomnio se asociaron con un mayor riesgo de demencia, fracturas y lesiones mayores. Los documentos de la FDA informaron que la mayoría de los tratamientos farmacológicos tenían riesgos de cambios cognitivos y de comportamiento, incluyendo deterioro en la conducción y otros efectos adversos; se aconseja reducir la dosis en las mujeres y en adultos mayores.
Limitaciones: La mayoría de los ensayos fueron pequeños y de corto plazo y enrolaron personas que cumplían criterios estrictos. Diferencias mínimas importantes en los resultados a menudo no se establecieron o reportaron. Los datos fueron escasos para muchos tratamientos.
Conclusión: Eszopiclona, zolpidem y suvorexant pueden mejorar los resultados globales y de sueño a corto plazo para adultos con trastorno de insomnio, pero la eficacia comparativa y la eficacia a largo plazo de los tratamientos farmacológicos para el insomnio no se conocen. Tratamientos farmacológicos para el insomnio pueden causar cambios cognitivos y de comportamiento y pueden estar asociados con daños poco frecuentes pero graves.
Ann Intern Med. 2016;165(2):103-112.
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