"sobre esa agitación política de finales de los 80 el Gobierno chino llegó a una conclusión hace tiempo: el enorme éxito económico que hemos logrado muestra que el camino de desarrollo que elegimos es el correcto".
"Nadie lo puede borrar; ningún poder, por muy poderoso que sea, puede alterarlo; y no hay palabras o lenguas, por listas que sean, que puedan negarlo".